Ni veinticuatro horas tardaron los ministros de Gobernación y de Fomento en reclamar la presencia de Heredia y Trapote en sus despachos oficiales de Madrid.

El ingeniero jefe de Obras Públicas ofreció una detallada explicación del lamentable incidente al ministro del ramo, y puso encima de su mesa una amplia documentación, incluido el parte médico y la instrucción judicial.

Después de celebrar la reunión, el ministro Gasset Chinchilla recibió a la prensa para salir en defensa de Trapote y confirmar el atropello. "Me veo en el caso -dijo- de defender al ingeniero, restableciendo la autoridad y salvando su dignidad".

Aquella misma tarde se reunieron los ministros de Fomento y Gobernación. De su encuentro salió la decisión del cese inmediato de Heredia, quien solamente dispuso del tiempo justo de volver a Pontevedra para recoger sus pertenencias y marcharse con cajas destempladas a su Logroño natal.

En aquel tiempo tan convulso, el ministro de la Gobernación, Martín Rosales, retrasó mucho el nombramiento del nuevo gobernador civil. Luego no pudo hacerlo porque en septiembre estalló el golpe de Primo de Rivera que acabó con el maltrecho régimen.