Las 53 horas de angustia que vivieron los familiares de José Iglesias Fontán este fin de semana no se les olvidarán jamás. Conocido cariñosamente con el apelativo de "Piñón" por sus vecinos, este octogenario de 81 años de Verducido, se recuperaba ayer en el Hospital de Montecelo rodeado de sus familiares más cercanos después de pasar algo más de dos días perdido en los montes limítrofes entre Pontevedra y Campo Lameiro.

O al menos esto es lo que se cree, porque lo que nunca se conocerá será el periplo exacto que realizó esta persona durante dos días después de perder la orientación el pasado viernes. Asunción, su nuera, explicaba ayer que José no se acuerda de la mayor parte del tiempo que permaneció en paradero desconocido: "Él nos dice que solo sabe que salió a dar un paseo hacia el Pontillón, como hace muchas veces, pero que después no recuerda nada, solo de que se caía".

Pese a que este hombre comienza a mostrar signos de padecer algún tipo de demencia senil, hasta ahora tenía total autonomía y era frecuente que acudiese a dar grandes paseos por sus propiedades en Verducido. El viernes salió a las cuatro de la tarde de su domicilio y un vecino suyo lo observó caminando sobre las siete por las inmediaciones de unas fincas. Luego se le perdió el rastro y tras unas primeras horas de búsqueda por parte de los familiares, en la madrugada del viernes al sábado se dio aviso a la Policía Nacional. Durante los dos días siguientes se desplegaron dos importantes operativos de búsqueda pero José no daba señales de vida. Asunción reconoce que el domingo por la noche "ya casi habíamos perdido todas las esperanzas, imagínese, todo el mundo buscándolo, incluso con el helicóptero de la Policía y con los perros, y él que no aparecía por ningún sitio". "Realmente, ya contábamos con lo peor", explicaba desde el hospital, "eran muchas horas en el monte sin comer, sin beber, sin tomar su medicación...".

La nuera de José aseguró que la alegría que sintieron cuando un vecino de Verducido les telefoneó para decirles que había localizado a José en As Brañas, Campo Lameiro, y que aparentemente se encontraba en buen estado de salud, es indescriptible. Agradeció la colaboración ciudadana y de las fuerzas de seguridad en las batidas que peinaron todo el monte Acibal.