El alcalde, Miguel Fernández Lores, admitió ayer que existen "divergencias normales" entre el BNG y el PSOE en el gobierno local, pero aclaró a renglón seguido que "siempre se resuelven" por lo que "no hay" ningún tipo de crisis municipal. Lores hizo estas puntualizaciones tras las últimas discrepancias públicas entre los dos socios de gobierno, en especial en relación a la paralización del PXOM y a la pretensión socialista de cancelar las cuentas municipales en NovaGalicia Banco como forma de presionar en el conflicto de las participaciones preferentes. Estas diferencias han sido aprovechadas por el PP para poner de manifiesto la "división" interna del gobierno local, algo que el alcalde negó tajantemente: "Tenemos divergencias pero dialogamos y normalmente llegamos a un acuerdo", afirmó Lores, quien recordó al PP que mientras la oposición ya ha renovado a prácticamente la mitad de su grupo, en algunos casos por notables discrepancias internas, "en el equipo de gobierno seguimos los mismos, con algún pequeño cambio".

En el marco de esas "negociaciones" entre BNG y PSOE se enmarca el asunto de las cuentas bancarias como forma de apoyo a los afectados por las preferentes, una cancelación que los nacionalistas no veían con buenos ojos por los "perjuicios" que podría causar al Concello. Sin embargo, las discrepancias están camino de limarse mediante el posible acuerdo para formular una propuesta conjunta que limita la retirada de cuentas a alguna de escasa entidad y, sobre todo, con la inclusión de propuestas "para entra en el fondo del asunto al margen de cuestiones simbólicas".

Este posible consenso se plasmará en el pleno extraordinario convocado para el próximo lunes, que servirá para reemplazar al previsto hace una semana y que no se celebró a petición de los propios afectados, colectivo con el que el gobierno local se reunirá el viernes. En ese pleno no está previsto, en principio, imitar al Concello de Poio y declarar "persona no grata" a los diputados del PP que votaron a favor de las quitas. "Ese tipo de actos simbólicos no son de nuestros estilo y aportamos por acuerdos más prácticos y claros, como pedir que se revoque el decreto por el que se aprobaron esas quitas", apuntó Fernández Lores, quien añadió que "puestos a declarar no grato a alguien, habría que hacerlo con mucha más gente, desde la troika hasta los dirigentes de la UE y todos los ministros de Economía".