La teoría del Colón toma nuevos impulsos. Y es que la Subdirección General del Instituto del Patrimonio Cultural de España (ente dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte) ha decidido admitir a trámite el estudio de los documentos depositados por la familia García de la Riega en la Casa Museo de Colón en Porto Santo (Poio) y que sirven para sustentar la hipótesis de que el descubridor de América nació en esta localidad. Unos documentos que llevaban con la familia 98 años tras la muerte del iniciador de la teoría del origen gallego de Cristóbal Colón.

La decisión del Instituto del Patrimonio Cultural de España supondrá un hito para los investigadores de esta teoría ya que permitirá lograr tres importantes objetivos: El primero, despejar de una vez por todas las dudas que se habían sembrado sobre la autenticidad de los citados documentos. Si los expertos determinan que se trata de textos originales y reales se trataría de documentos anteriores al descubrimiento en los que figuraría el apellido Colón (tal y como el universal navegante lo escribió posteriormente en sus principales documentos y como lo mandó firmar después a sus descendientes). Esto convertiría a la teoría gallega en la única que podría demostrar este hecho documentalmente en base a estos textos recuperados por García de la Riega en 1898.

Para los defensores de esta hipótesis, dichas anotaciones no serían necesarias para demostrar la citada teoría del Colón gallego, debido a la aparición de nueva documentación así como inscripciones pétreas que fueron descubiertas posteriormente en Santa María la Mayor o en la Cruz de Porto Santo. No obstante, este estudio (parcial, pero especializado), defendería y certificaría la originalidad de los mismos de cara a futuras investigaciones.

El segundo de los objetivos es "intentar saber" si bajo las caligrafías dadas por "falsas" a principios del siglo XX (después del fallecimiento de Celso García de la Riega) no había una intención de engaño, sino solamente se intentaba "avivar" una grafía poco clara para que se pudiera leer mejor y pudiese ser reproducida en una publicación de la época (1914) y con los métodos de los que se disponían entonces.

El tercer objetivo sería rehabilitar la figura del propio estudioso e investigador pontevedrés, tachado de "falsario" después de su muerte.

Los ensayos sobre los documentos originales de De la Riega los realizará un equipo coordinado por María del Carmen Hidalgo Brinquis, jefe del Servicio de Conservación y Restauración de Patrimonio Bibliográfico, Documental y Obra Gráfica del Instituto de Patrimonio Cultural de España. La especialista Elena González Arteaga se encargará de los análisis químicos, y realizar dos pruebas para caracterizar la composición de las tintas a nivel orgánico e inorgánico. Dichas pruebas no son destructivas, es decir, no exigen de la toma de muestras sino que se realizan sobre el documento sin dañarlo. Tomás Alonso, del departamento de Análisis Físicos, examinará los textos con técnicas de luz ultravioleta e infrarrojos.