Patricio Fernández, padre del niño de ocho meses que falleció el pasado octubre en el hospital Provincial tras ser atendido en el servicio de Urgencias, compareció en la mañana de ayer en el Juzgado de Instrucción número 2 de Pontevedra para ratificar la denuncia presentada por la que considera mala asistencia sanitaria a su hijo y que causó su muerte. Anuncia que está estudiando la posibilidad de ampliar la denuncia al Sergas si se acredita que "se está premiando a los médicos que evitan hacer pruebas", según detalló su abogado, Jorge Paladino.

Esta decisión está justificada por las "noticias que afirman que los médicos tenían gratificaciones salariales por esto" , según explicó el letrado, quien subrayó que "si hay una orden directiva para ahorrar en materia sanitaria, creo que podría haber una corresponsabilidad del Servicio Galego de Saúde, aunque ya es responsable civil subsidiario, podríamos pensar que podría haber una responsabilidad directa".

En cualquier caso, Fernández ratificó ayer durante más de una hora y media ante el juez la denuncia contra el facultativo por homicidio imprudente ya que su abogado mantiene la teoría de que la realización de diversas pruebas durante la primera visita que los padres realizaron con el bebé de once meses al servicio de urgencias del Hospital Provincial de Pontevedra pudieron haber contribuido a una detección más precoz del "shock séptico" que causó el fallecimiento del menor.

"Los documentos son contradictorios, es decir, el día 15 descartan un shock séptico y el día 17 le llama el médico de cabecera para decirle que tome determinados medicamentos para prevenir un posible contagio a la familia. Por otra parte, la autopsia es contundente: hubo ciertas contradicciones o manipulaciones", explicó Paladino. "En principio, la primera calificación jurídica es muerte por imprudencia", apuntó.

Por su parte, el padre del bebé fallecido volvió a lamentar "la serie de mentiras" que recibió de los diferentes profesionales sanitario, una circunstancia que "hace extensiva la denuncia no solamente a este facultativo, sino al resto".

Fernández aseguró que su familia está atravesando una situación "muy complicada", ya que está siendo "muy difícil de asumir". "Cambiamos de piso porque es muy complicado estar en el mismo sitio. Cada día pensando que vamos a estar un poco mejor, miramos hacia nuestro otro hijo para salir hacia adelante y esperamos que todo esto se acabe de una vez para poder pasar la página", reconoció.

En este sentido, Fernández manifestó su malestar porque aún no hubieran citado a declarar a su mujer, algo que, según le confirmó ayer el juez, ocurrirá próximamente. "Hay procedimientos judiciales que son lentos, pero confío en que determinados casos puedan tener prioridad ante otros temas que no deteriorarán a nadie mentalmente", apuntó Fernández.

"Lo lógico es que ella ya hubiera declarado. Entiendo la carga de trabajo, pero a veces la justicia se torna en injusticia", concluyó el abogado.