Nuria Pereira es la directora del Instituto Europeo Campus Stellae, con sede en Santiago, cuyo grupo de investigación es quien ha detectado en los últimos meses este alarmante incremento del número de personas mayores que sufren algún tipo de engaño o menoscabo económico por la gestión de sus bienes o patrimonio por parte de allegados o personas de confianza. Considera que se trata de una "auténtica alarma social" que "condena a muchos ancianos a vivir en la miseria en los últimos días de su vida, ya que les saquean hasta el dinero destinado a pagar sus residencias o asilos". Señala que Pontevedra es una de las provincias más afectadas por aglutinar un mayor número de residencias y "por su mayor peso demográfico en la comunidad autónoma".

-¿Cuándo han detectado que está creciendo el número de mayores estafados?

-Hemos observado que desde noviembre del pasado año se han acercado a nosotros personas mayores preocupadas por este problema que ven como de repente se vacían sus cuentas corrientes o se vende su patrimonio. El último caso ha sido el más sangrante y el que nos ha decidido a alertar de esta cuestión para intentar prevenir nuevas situaciones. Una persona mayor que tenía una cantidad importante en su cuenta que garantizaba su futuro y que, de un día para otro, comprobó que apenas disponía de fondos para pagar la cuota de su residencia del siguiente mes. También nos llegan personas a las que se le venden sus propiedades muy por debajo del valor real de mercado e incluso hay casos los que se hacen contratos privados de venta en los que se recoge una previsión de los años que le pueden quedar de vida. Es algo terrorífico.

-Y todo esto realizado por personas de confianza...

-Sí, totalmente. Creemos que una persona sí debe dejarse aconsejar por los de su entorno a la hora de tomar decisiones pero lo mejor es que para cuestiones de administración de su patrimonio, sus pensiones o su dinero, se recurra a gestores profesionales. Es aconsejable, por ejemplo, que nunca figure una única persona autorizada en las cuentas bancarias junto al titular, sino que haya también una segunda. ¿Qué justificación encontramos a todo esto? Es cierto que la crisis económica influye pero parece que también tenemos una crisis de valores fundamentales en cuestiones que antes no se tocaban. Se trata de un problema grave ya que muchas víctimas no llegan a denunciar este tipo de hechos. Estamos hablando de personas de una franja de edad determinada y que han recibido una educación en la que para ellos esto supone un deshonor, y lo que han sufrido es un abuso y un maltrato importante.

-¿Dan traslado de estos casos a la Fiscalía o al juzgado? Porque supongo que estamos ante conductas delictivas...

-Por supuesto que son delito. Estamos hablando de apropiación indebida, hurto, robo, estafa, amenazas..., nosotros entendemos que este tipo de maltrato a mayores debería encuadrarse en la violencia doméstica, ya que se realiza en la intimidad del hogar y mediante un abuso de confianza. En cuanto a las denuncias, nosotros respetamos siempre el deseo de la víctima que en muchas ocasiones prefiere que haya antes una mediación. Es el camino por el que vamos antes de acudir al juzgado ya que en muchas ocasiones supone un maltrato mayor para estos ancianos tener que comparecer ante el juez y narrar este tipo de hechos. Debemos tener en cuenta la salud física y psicológica de los afectado ya que hay que recordar que en muchos casos se trata de señalar a personas muy cercanas a ellos por lo que se remueven un montón de sentimientos. Nosotros intentamos siempre que el caso se resuelva siempre de una forma pacífica y privada.