A mediados de 1946 Villamil aprovechó su condición de concejal para presentar una moción en el Ayuntamiento que contó con el entusiasta respaldo de la corporación municipal.

Don Enrique propuso que el Ayuntamiento vendiera al Estado la Casa del Barón, que entonces albergaba las Escuela Graduadas en condiciones deplorables, para ubicar allí la Biblioteca Pública y el Archivo Histórico. Los fondos de ambos organismos habían crecido de manera tan considerable que empezaban a desbordar las dependencias prestadas por el Instituto.

Con el dinero que se recibiera por esa venta, la moción planteaba también que el Ayuntamiento construyese un nuevo edificio para las Escuelas Graduadas.

La Dirección General de Archivos y Bibliotecas llegó a confirmar la elaboración de un proyecto de acondicionamiento del viejo caserón por parte del Ministerio de Educación para acoger tales dependencias. Pero la propuesta no cuajó y todavía pasaron diez años hasta la compra de la Casa de Cultura.