El periodo de pesca del salmón en el coto del río Lérez en Monte Porreiro, así como en los restantes de Galicia, arranca hoy, 1 de mayo, con un máximo de ocho piezas de cupo para toda la temporada, que finaliza el 31 de julio, si bien solo es posible obtener un ejemplar por persona y día. También se abre la veda para la captura del reo, con una cuota diaria de cinco ejemplares por pescador y jornada, aunque en esta caso el permiso se extiende hasta el 30 de septiembre.

Las normas dictadas por la Consellería de Medio Rural e do Mar detallan que la dimensión mínima de los salmones es de 40 centímetros, y de 35 para los reos. Además, especifican las dimensiones de los anzuelos y el tipo de cebo que se puede utilizar. Las estadísticas del pasado año de la consellería señalan que se capturaron en este coto ocho salmones y cuatro reos y son 21.110 los pescadores que disponen de autorización especial en la provincia para su captura.

El reo se podrá pescar, en la comarca, en Monte Porreiro y en el coto caldense de Segade, en el río Umia, aunque limitado a dos ejemplares por persona y día. El coto de Monte Porreiro es el único punto de la comarca considerado como "masas de agua habitadas por el salmón", ya que el resto de lugares de la provincia se ubican especialmente en Deza y Terra de Montes.

En cuanto al reo, la nómina de ríos es más amplia, ya que figuran el Almofrei en Cotobade, Os Gafos en Pontevedra, el Oitavén en Ponte Caldelas, el Umia en Caldas y el Verdugo en Ponte Caldelas.

A partir de hoy, los pescadores acuden a las orillas del Lérez en Monte Porreiro con el objetivo de lograr el "campanu", la denominación asturiana para el primer salmón que se captura en la temporada. Luis Morón García, vecino de A Pontenova (Lugo), e Isidora Francisco Álvarez, leonesa de nacimiento y residente en Madrid, fueron los que el pasado año se hicieron con ese honor en el Lérez. No ocurrió hasta el 10 de mayo, diez días después de la apertura de la veda.

Aunque esta primera captura se hizo de rogar, finalmente fueron dos los pescadores que se hicieron con una pieza cada uno. Uno de los ejemplares alcanzó los seis kilos de peso, mientras que el segundo pesó 5 kilos y 100 gramos. Según explicaron entonces los afortunados, la captura de estos dos ejemplares se llevó a cabo en el conocido como "pozo del roble". Si hasta ahora los pescadores que probaron fortuna en el coto de Monte Porreiro habían utilizado cucharilla como cebo con escasa suerte, parece que la clave estuvo en el uso de cebo natural, es decir "miñoca" y quisquilla cocida.