La autovía de Marín, que comenzó a ejecutarse hace una década en el término municipal marinense, afronta sus cuatro últimos meses de obras para conectar definitivamente la zona de Ardán con Mollabao, en Pontevedra. La Xunta reiteró ayer que esta circunvalación, que tiene el objetivo de acabar con los atascos en el centro de Marín, estará en servicio en julio próximo, pero antes habrá que completar una de las fases de mayor envergadura: el nuevo nudo de Mollabao, al borde de la ría y colindante con la fábrica de Ence.

Aunque estos trabajos comenzaron ya hace unos meses, a partir del martes próximo se entra en su fase final y para ello habrá que reordenar de forma notable el tráfico por la autovía de Marín. De hecho, los carriles procedentes de la autopista se limitan a uno en ese tramo, por lo que las entradas y salidas hacia la AP-9 quedan muy restringidas. La Consellería de Medio Ambiente detalló ayer que estos cambios, desde el martes y por espacio de siete semanas, con los siguientes: "En la PO-11 (el tramo final del vial procede de O Pino) se realizará una reducción de carril para el tráfico de entrada a Pontevedra o Marín, habilitándose un carril específico para transportes especiales con destino al Puerto de Marín (en concreto componentes eólicos); en la PO-12 (la propia autovía hacia la capital) se efectuará una reducción de carril para la ejecución de las obras en dirección Marín-Pontevedra".

De este modo, la circulación queda del siguiente modo: El tráfico procedente de la AP-9 y la PO-11 en dirección a Marín se canalizará hacia Pontevedra, para cambiar del sentido en la rotonda de Malvar, mientras que el tráfico procedente de Pontevedra que quiera enfilar la AP-9 y la PO-10 (hacia O Pino) tendrá que continuar hasta Placeres para girar en esa rotonda y regresar por la autovía. Por su parte, la circulación que salga de Marín hacia Pontevedra tiene la opción de hacerlo por la carretera vieja (la PO-546) "o por el nuevo ramal de la variante de Marín", mientras que "los transportes especiales para infraestructuras eólicas de entrada al Puerto con procedencia de la AP-9 o la PO-10 deberán tomar el carril cortado al tráfico normal señalizado en la PO-11 y entrar a través del actual ramal de salida de Marín hasta la autopista o el nudo de O Pino".

Con estos desvíos, se posibilita la conclusión del enlace entre la variante y la autovía, para completar una obra de apenas 13 kilómetros que se inició en 2003 y que ha necesitado una década para ejecutarse.

Un vial ejecutado al 80% y que se abrirá en julio

La variante de Marín se ejecutó a lo largo de la última década en dos tramos. El marinense, de unos 8 kilómetros entre Ardán y O Regueiriño, se abrió el tráfico en 2006 y su uso hasta ahora es muy escaso. El tramo pontevedrés, de O Regueiriño a Lourizán, de cuatro kilómetros, comenzó a ejecutarse en enero de 2009 y la Xunta insiste en que estará en servicio en julio, siempre que lo permitan las condiciones climatológicas.

Según sus datos, actualmente ya está realizado el 80% de su trazado, con una inversión que ronda los 37 millones de euros. Cuenta con tres viaductos, que suman más de 300 metros, y grandes taludes y terraplenes debido al notable desnivel del terreno.