El presidente de la Asociación de Hoteleros de Pontevedra, José María de Cabo, da por salvada una Semana Santa, que se cierra hoy con unos índices de ocupación (datos estimativos y todavía provisionales, según explica el propio de Cabo) que se sitúan entre el 65 y el 70% de media. Según el presidente de los hoteleros pontevedreses, la cifra está muy por debajo de los índices del pasado año (en torno a un 15 y un 20%) por lo que tampoco puede considerarse positivo, pero sí cree que "se han cubierto expectativas" sobre todo teniendo en cuenta "la que está cayendo" tanto a nivel climatológico como por los efectos de la crisis económica.

Así, ante las malas perspectivas con las que los hoteles de Pontevedra afrontaban esta primera gran cita vacacional, las cifras de ocupación que se registraron no son consideradas del todo malas por el sector. La ocupación media a lo largo de toda la semana fue de un 50%, según indica de Cabo y creció hasta el pico del 65 ó 70% el jueves y el viernes. "Se esperaba una Semana Santa floja por lo que podía haber sido peor", reflexiona este representante del sector hotelero.

Reducción de la estancia

En la jornada de ayer la ocupación comenzó a descender y se espera que la mayoría de los visitantes que se encuentran estos días en la zona de las Rías Baixas regresen hoy a sus lugares de origen. "Se nota que se acortan las estancias. Lo que antes era un mínimo de tres días ahora se convierte en dos noches de pernoctación como media", señala el presidente de los hoteleros de la capital. Son muchos los que deciden diversificar las visitas repartiendo estancias entre distintas localidades ya en su destino vacacional. También abunda quien decide sacrificar una noche de hotel en destino para pernoctar en alguna ciudad durante el viaje de ida o de vuelta.

Para José María de Cabo, la climatología tampoco fue un factor tan negativo, al menos en lo que se refiere a la capital de la provincia ya que los visitantes pudieron disfrutar de todas las procesiones pese a la lluvia. "Las previsiones de MeteoGalicia en los días previos no eran tan malas al principio y, aunque el tiempo no fue estable, tampoco se registraron las tormentas o el mal tiempo que reinó en el resto de la península, por lo que no fue tan malo para el visitante", explica.

José María De Cabo señala que el turismo de proximidad es el que sigue nutriendo los hoteles de Pontevedra durante la Semana Santa. El origen de la mayor parte de los turistas que llegaron a Pontevedra sigue siendo el centro de la península (Madrid, Castilla y León), así como comunidades cercanas como Asturias. También se detectó un aumento del turismo interior dentro de la propia comunidad autónoma de Galicia con presencia de vecinos de otras provincias gallegas, especialmente de A Coruña.

En Sanxenxo aseguran que el mal tiempo "dio al traste con muchas reservas"

"Otra Semana Santa pasada por agua", es el primer pensamiento que se le viene a la cabeza al presidente del Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo (CETS), Francisco González, a la hora de realizar una valoración de esta Semana Santa que ya termina. Y es que según explican desde la villa sanxenxina, el mal tiempo influyó de forma determinante para que no se alcanzase la ocupación esperada en algunos de los hoteles de la villa. No solo el mal tiempo, sino especialmente "la información climatológica que pronosticaba frío y lluvia y que dio al traste con muchas reservas ya realizadas", explica González.

Desde el CETS esperan a la semana próxima para desvelar los datos concretos de ocupación en la villa durante este periodo vacacional. En cualquier caso, Francisco González señala que los establecimientos hoteleros de los centros urbanos de Sanxenxo y Portonovo se vieron beneficiados frente a los que están ubicados en las afueras o más próximos a las playas. "A tenor de los primeros comentarios de otros compañeros, hubo mejor ocupación en los centros urbanos. Se notó que, al no tener el sol garantizado, el visitante optó por hoteles céntricos en los que no tuviera que coger el coche para desplazarse y se pudiera mover caminando por los núcleos de Portonovo o Sanxenxo".

Añade que las nevadas que llenaron las pistas de esquí de los Pirineos y otros sistemas montañosos también se convirtieron en un duro competidor para los destinos de costa.