"As palabras unen, non debemos perdelas" fue el lema que formaron los alumnos de Lérez y Monte Porreiro para clausurar su particular acto de inauguración del nuevo puente sobre el Lérez, que proponen que se llame "Ponte da Palabra".

En la fiesta participaron cerca de 200 alumnos de cuatro centros pertenecientes a la red Unesco, el CEIP San Benito de Lérez, la EEI Fina Casalderrey, el CEP Marcos da Portela y el IES Luis Seoane. Se encontraron en el nuevo puente de Monte Porreiro para regalarse palabras de amistad, solidaridad, unión, cariño, respeto y encuentro.

En el Día de la Poesía, no solo los participantes en la original inauguración se regalaron palabras sino que muchos acudieron al acto con vocablos que les habían entregado sus compañeros de otros cursos y además todos los estudiantes que se quedaron en las aulas también se obsequiaron con palabras.

La escritora Fina Casalderrey fue la madrina del acto, una unión simbólica de dos barrios que viían de espaldas, separadas por el río que actualmente les sirve de unión.

Fina Casalderrey contó a los niños la historia de dos hermanos peleados y una persona a la que uno de ellos encargó un muro. En lugar de construirlo, levantó un puente antes de seguir por el mundo construyendo nuevas vías de unión.

Por su parte, el alcalde, Miguel Fernández Lores, regaló a los niños la palabra "política", entendida como el trabajo para el gobierno de una ciudad. Con ese vocablo, libertad, amor, esperanza, confianza, ayuda, apoyo, hermandad, solidaridad, unión, respeto... Decenas de expresiones que los escolares quisieron regalar a sus amigos y también a las autoridades.

Entre ellas, la diputada provincial Ana Isabel Vázquez y teniente de alcalde Antón Louro, que también quisieron compartir con los niños su particular inauguración.

Los niños trasladaron al alcalde su petición de que el nuevo vial sobre el Lérez sea bautizado como "Ponte da Palabra", una solicitud de la que el regidor prometió tomar nota y que se trasladará en breve al pleno para su debate.

La fiesta también incluyó la botadura de un barco de palabras desde el puente. La previsión de la organización era que el barquito se hundiese en los primeros minutos, pero la singular embarcación llena de esperanza y mensajes positivos se mantuvo a flote: se puede acariciar con palabras y, por lo visto, también es útil navegar con ellas.