"Sabía que venía a España a ejercer la prostitución, pero lo que no sabía era que me iban a encerrar en clubes y que me iban a obligar a trabajar". Así concluía su relato ante los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial Cristina, un nombre ficticio para salvaguardar la identidad de esta mujer. Cristina es testigo protegida en el juicio que se sigue contra cinco acusados por delitos de prostitución, contra los derechos de los trabajadores y detención ilegal. Hay otras dos personas procesadas por este caso pero se encuentran en paradero desconocido.

Entre los acusados están algunos de los nombres más conocidos del mundo del alterne en Galicia y con experiencia en anteriores procesos similares a este. Es el caso de José Manuel García Adán (principal implicado en la Operación Carioca que instruye el juzgado de Lugo) o Manuel Manteiga Rodríguez, alias "el Increíble".

Después de múltiples aplazamientos, la vista oral se retomaba ayer toda vez que el pasado mes de febrero fuera suspendida. De forma sorprendente, la testigo protegida (de la que no se tenían noticias desde el año 2004) se ponía en contacto con la Audiencia Provincial para manifestar su deseo de prestar declaración en el juicio. Finalmente lo hizo ayer a través de videoconferencia. Declaró tras vencer sus reticencias iniciales por miedo a que pudiera ser vista por los acusados. Tras obtener la promesa de que los procesados no la observarían, se decidió a recordar al juez unos hechos que se remontan a hace más de una década: el año 2001.

Captadas en Colombia

Cristina asegura que fue captada en Colombia por la hermana de la acusada Ana Milena Gómez Reyes. El acuerdo era viajar a España para trabajar en la prostitución: "De lo que yo cobrase por cada pase me darían la mitad y yo tendría libertad y podría enviar dinero a mi familia". Además, le entregaban un billete de ida y vuelta de avión y 1.500 dólares para gastos iniciales. No obstante, asegura que nada más aterrizar en A Coruña, la acusada Ana Milena Costa acudió a recogerla con "el Increíble" y allí le quitaron el dinero y el billete de vuelta. Añade que ambos la trasladaron hasta Poio, al club Oasis del que, insistió, era encargado García Adán. Dice que en el establecimiento ubicado en A Porteliña, en la PO-308, comenzó a trabajar pero no en las condiciones que pactó en Colombia. "Había una secretaria a la que se le entregaba todo el dinero pero las chicas nunca recibían nada, no tenían contacto con el dinero". Además sostiene que "del club no se podía salir nunca si no era acompañada" y que "las puertas por el día permanecían cerradas con llave". "A mi nunca me maltrataron", dijo, "pero sí hubo amenazas, nos decían que sabían donde vivían nuestras familias en Colombia y que teníamos que pagar una deuda".

Después de dos semanas en el club de Poio, asegura que "el Increíble" y Ana Milena la trasladaron al club O Pazo de Lugo en donde permaneció "un par de meses" en unas condiciones similares a las que tenía en Poio. "Tenían vigilancia las 24 horas del día" e insistió en que durante todo este tiempo nunca le entregaban dinero por sus "pases" con los clientes. Cuando los abogados de las defensas le preguntaron por qué no utilizó los teléfonos públicos de los clubes para pedir auxilio la testigo respondió: "¿No teníamos dinero, cómo quiere que utilizase el teléfono público?". Previamente dijo que "para poder llamar a mi familia pedíamos monedas a los clientes". Su siguiente destino fue el club Keops en Ourense. Asegura que allí cambió de dueños. Como si de unos "zapatos" se tratase, dice que el acusado Manuel Antonio Ferreiro López, el "Gato", le dijo que "Ana Milena nos había vendido a él y que ahora ya no le pertenecíamos a ella". Entonces, ella y una compañera aprovecharon un descuido para huir. Presentó denuncia un año después. La explicación a esta tardanza fue que entonces volvió a encontrarse con "el Increíble" y que éste le comunicó que todavía mantenía una "deuda" con él.

El fiscal rebaja a cuatro años su petición de condena para los acusados

El importante retraso que acumula esta causa (se trata de unos hechos acaecidos en 2001) llevó al fiscal a rebajar sensiblemente la pena que solicita para los acusados de 10 a 4 años de prisión. El juicio se retomará la semana próxima con los informes de las partes. Durante la anterior sesión los cinco acusados que comparecieron en el juicio negaron los hechos que se le imputan y defendieron su inocencia. "Mentira", fue la palabra más utilizada por García Adán para referirse a las acusaciones del fiscal.

La pontevedresa que "rescató" a una joven del club

Ayer también declaró otra joven que estuvo en esas mismas fechas en el club Oasis de Poio. Asegura que García Adán regentaba el club que se mantenía siempre "bajo llave". Dice que "si no pagábamos la deuda nos amenazaban con matar a alguien de la familia". Esta mujer afirma que logró ponerse en contacto con una pontevedresa que puso el caso en manos de la Guardia Civil. Esta mujer también declaró e incluso llegó a decir que "rescató" a otra joven del club. Afirma que, después, "hospedaba" a estas chicas en su piso de Pontevedra. Insistió en que, a consecuencia de esto, "me amenazaron con romperme las piernas". Por estos hechos ya se celebró un juicio en un juzgado de lo Penal de Pontevedra en el que se absolvió a García Adán.