Expertos de la Escola de Enxeñaría Forestal participarán a partir de la próxima semana en Austria en el arranque del proyecto europeo Ashmelt, que dentro del Séptimo Programa Marco servirá de prolongación a los planes de la UE sobre el aprovechamiento energético de la biomasa y reducción de emisiones de carbono a la atmósfera, desarrollando fuentes de energía alternativas.

En concreto, durante esta cita científica internacional se abordará la caracterización de las cenizas que se generan después de la combustión.

"Lo que se intenta", explica el profesor Luis Ortiz, responsable del equipo, "es valorizar esas cenizas que se producen tras la combustión de biomasa y sobre todo decidir unos estándares, unos parámetros tanto analíticos como de calidad que permitan en su momento incluso modificar normas europeas que se usan para definir las características que deben de tener estos biocombustibles sólidos".

Se trata de biocombustibles para calderas domésticas, en los que se centra este proyecto europeo "puesto que se trata de estandarizar pellets que luego se utilizan también en la industria".

En el encuentro internacional participarán empresas y universidades de toda Europa (han confirmado institutos y firmas de Austria, Alemania, Italia, Finlancia, Suecia) y el equipo pontevedrés participa como socio español.

El programa Ashmelt se desarrollará a lo largo de tres años "y nosotros participamos ya desde el mismo arranque del proyecto".

El equipo radicado en el campus pontevedrés trabaja desde hace más de 15 años en temas de aprovechamiento energético, biomasa y residuos forestales, tanto en proyectos europeos como autonómicos y estatales. A mayores, desarrolla estudios y proyectos para empresas del sector de la madera y energético.

También está confirmada su participación en otro proyecto del Séptimo Programa Marco en colaboración con el concello de Tomiño, la Asociación Forestal de Galicia y las universidades de Tras Os Montes y Lisboas. Se trata de un plan centrado en el ámbito forestal que incluirá experiencias reales con utilización de calderas en las que se aprovechan los residuos de los montes gallegos y lusos.

Las calderas de biomasa en las que centran sus investigaciones los expertos pontevedreses pueden dar servicio no solo a viviendas unifamiliares situadas cerca de masas forestales, en donde mayoritariamente han utilizado en un principio, sino también a edificios urbanos.

En este sentido, Luis Ortiz explica que "lo que se busca es el uso no solo en viviendas sino también en edificios, piscinas, instalaciones deportivas e instalaciones públicas. Es un combustible que permite no solo dar servicio al ámbito periurbano o cerca de los bosques sino que brinda la posibilidad de hacer lo mismo con la calefacción doméstica de edificios de viviendas".

A mayores están ofertas como la calderas de astilla para pequeños consumidores (colegios, edificios, bloques de viviendas), que con los pellets constituyen las dos principales lineas de investigación en el campo de los biocombustibles sólidos-

"La astilla, que tiene un coste más barato y menor calidad, sería para un uso en cantidades industriales y el pellet para un uso más competitivo con el gasóleo de calefacción", añade Ortiz.

Con su participación en un nuevo congreso internacional (el Word Bioenergy) el equipo que encabeza Luis Ortiz continúa su labor de difusión de la biomasa como un medio de aprovechamiento energético. Recientemente participó con el también investigador Daniel Vega en un encuentro organizado por la FAO para exponer sus estudios más recientes sobre la combustión de biomasa forestal y agrícola en calderas de pellets.