La vida de Jacobo, un niño perteneciente a una conocida familia marinense, pendió de un hilo en la medianoche de ayer como consecuencia de dos circunstancias que se aliaron para dar el susto a su familia. Una de ellas, la interrupción de la energía eléctrica por el corte en el suministro eléctrico pasadas las doce de la noche que dejó al pequeño sin la asistencia de los aparatos que necesita para sobrevivir y la otra, un supuesto intento de inutilización de la ambulancia que lo fue a buscar para trasladarlo con urgencia a un centro sanitario donde reengancharlo a un sistema similar, una operación que por circunstancias similares u otras se realizan con relativa frecuencia.

Una madre desesperada

La madre de Jacobo relata cómo a la hora antes referida se percataron de la falta de corriente por lo que requirieron la presencia de una ambulancia asistencial que llegó enseguida, según apunta, y añade: "Vivimos en el quinto piso y, cuando estaban bajando al chico a la altura del segundo volvió la luz por lo que decidieron regresar a casa y reconectar el sistema como así fue y ya no hizo falta el traslado".

La señora recuerda cómo los operarios de la ambulancia le pidieron que bajase a la calle para firmar el parte de su operativo cosa que hizo y, cuando estaba con los operarios, vio por la acera de enfrente a una persona que ella conoce bien porque ha hecho este mismo servicio en varias ocasiones ya que es conductor de ambulancias a la que saludó como conocido que era. Subraya la señora que "en ese momento una vecina me llamó desde su ventana y, señalando a la persona antes referida, dijo que lo había visto pinchando las ruedas de la ambulancia que venía a recoger a mi hijo lo cual me parece una acción lamentable porque venía, y tengo testigos de éso, de una persona conocedora de nuestro problema que con su acción ponía en peligro la vida de mi hijo sabiendo que si quedaba inutilizada la ambulancia habría que esperar por otra del mismo rango y salir con el chaval hasta Santiago y dudo mucho de que llegara allá con vida".

Sin posibilidad de denuncia

La madre de Jacobo, que posteriormente se enteró de que el supuesto autor no consiguió rajar la ruedas aunque sí dañarlas, acompañada de su propio padre intentó presentar una denuncia en la Policía pero allí no le permitieron hacerlo argumentando que ella no era la propietaria de la ambulancia. Sin embargo, poco después recibió la visita en su casa de una patrulla de la Policía Nacional que le tomó declaración para hacer constar el hecho como una incidencia de la huelga de ambulancias que se inició precisamente a las cero horas de ayer.

La familia de Jacobo se encuentra muy afectada por este negativo acontecimiento que encadenó un peligró más para la vida del chaval que bastante tiene con soportar la dependencia de aparatos que a su vez necesitan de la energía eléctrica y frecuentemente, de los servicios sanitarios de urgencia y entre ellos los de las ambulancias con las que asegura, no ha tenido nunca problemas.