Este mes se cumplen ocho años desde que el 10 de julio de 2002 se dio por inaugurado el ramal ferroviario al Puerto de Marín, que atraviesa la plaza de Placeres. Tras años de lucha, en 2007 el Tribunal Supremo dio la razón a los vecinos con una sentencia que ordenaba la eliminación de los pasos a nivel situados en la plaza de la Iglesia. Después de tres años, todavía no se ha llevado a cabo ninguna obra para eliminar los cruces y, con la justicia de su parte, los vecinos están dispuestos a seguir luchando hasta conseguir que la ley se cumpla. El presidente de la Plataforma en Defensa da Praza dos Praceres, Eladio Torres Castro, cuenta cual es la situación actual del conflicto y cuales son las expectativas que el movimiento vecinal tiene al respecto de su resolución definitiva.

- ¿Por qué todavía no se ha cumplido la sentencia del Tribunal Supremo que obliga a que las vías del tren se sitúen a distinto nivel de la plaza?

- Después de la sentencia del Supremo los técnicos del Ministerio de Fomento se mostraron favorables a llevar a cabo las obras de un paso subterráneo para el tren. Sin embargo, el Consello de la Autoridade Portuaria se negó a esta posibilidad. La Autoridad Portuaria propuso construir pasos subterráneos o elevados para el tránsito de peatones y vehículos, pero esa es una medida que incumple totalmente el espíritu de la sentencia y que no soluciona el problema de la falta de seguridad en la zona.

- ¿No se espera entonces ninguna solución a corto plazo?

- Desde Fomento aseguran que las actuaciones se llevarán a cabo pero los miembros de la Plataforma de Placeres no queremos que se realice ninguna obra en la plaza sin que antes se nos presente un proyecto que garantice que se va a cumplir lo exigido por el Tribunal Supremo. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid emitió el año pasado una resolución según la cual no se podrán llevar a cabo actuaciones en la plaza sin presentar antes un proyecto ante los vecinos y la justicia.

- ¿Quién tiene que responder ahora a los requerimientos del Tribunal Supremo?

- La responsabilidad está ahora repartida entre la Xunta de Galicia, el Ministerio de Fomento y la Autoridad Portuaria, que tienen que ponerse de acuerdo para llegar a una solución. Lo que está claro es que el Ministerio de Fomento se mostraba favorable a enterrar el tren pero, ante la negativa del Consello de la Autoridad Portuaria, hubo una bajada de pantalones. La lógica me lleva a pensar que los intereses económicos están por encima del Estado de Derecho. El máximo órgano judicial de este país nos ha dado la razón y las cosas siguen igual.

- ¿Los vecinos han perdido la confianza en los políticos?

- Uno siempre tiene la esperanza de que los políticos actúen con sentido común. Pero cuando ya han pasado por aquí tres gobiernos distintos, diferentes autoridades políticas de todos los partidos y ves que ninguno se ha comprometido de verdad a arreglar las cosas, ya no sabes qué pensar. Por duro que suene, creo que aquí hay una trama organizada por todos ya que los intereses son muchos. Es sólo una opinión pero cuando ves cada día que los políticos ponen el grito en el cielo por cualquier cosa y aquí, que está pasando algo gravísimo, nadie dice nada...

- ¿Han pensado en tirar la toalla?

- No. Los vecinos vamos a pelear hasta que se haga justicia y por mucho que quieran este colectivo no va a dejar el asunto a un lado. Aunque estoy convencido de que a más de uno le gustaría que nos bombardeasen con TNT y nos hicieran desaparecer, pero no va a ser tan fácil. Los vecinos seguimos con toda la fuerza del mundo y con la ley de nuestra parte. Somos un colectivo de personas normales, sin ningún tipo de apoyo político y en los tribunales estamos ganando por goleada, tenemos motivos para seguir luchando.

- Ocho años después, ¿cómo ha afectado el paso del tren por el centro de la plaza a la vida diaria de los vecinos?

- El paso del tren por Placeres atenta contra lo más fundamental que tenemos las personas, el derecho más sagrado, el derecho a la vida. No se trata de una cuestión de dinero ni de algo puramente estético. Un tren pasando por una plaza pública en la que se encuentran todos los espacios de ocio y por la que cada día pasan más de 800 niños que van al colegio es algo inaudito, algo que sólo se ve en países del Tercer Mundo y en Placeres. Imagínese que en vez de ser la plaza de Placeres es A Ferrería y que por ahí pasa cada día un tren de mercancías.

- Renfe, la Autoridad Portuaria, Fomento y la Consellería de Política Territorial alegaron ante el Supremo que la zona era un descampado destinado al uso industrial.

- Eso es una tomadura de pelo, la sentencia dejó bien claro que la plaza es un espacio público, un espacio ciudadano con todas las características de una zona urbana. No es algo opinable, es un caso sentenciado.

- Después de más de una década luchando, ¿los vecinos siguen unidos por la causa?

- Como es lógico no todo el mundo piensa igual. Algunos vecinos no están dispuestos a implicarse tanto como otros y prefieren someterse al poder. De todas formas, la gente de Placeres está dando unas muestras de dignidad impresionantes. No se trata solo de una implicación económica, se trata de un empeño personal grandísimo. Aunque no todos participen en la misma medida a nosotros nadie nos ha cerrado la puerta de su casa cuando hemos ido a pedir ayuda. Yo estoy seguro de que a muchos responsables políticos no les dejarían acercarse a sus casas. Además, en todo este tiempo ningún vecino ha expresado su desacuerdo con lo que estamos haciendo de forma pública, no ha habido muestras de desacuerdo.