La Policía Local de Pontevedra ha desmontado un presunto intento de estafa a una compañía de seguros protagonizada por dos pontevedreses y un vigués. Los tres están imputados ante el juzgado por simular un atropello inexistente para cobrar al menos 162.000 euros de la aseguradora, en unos hechos que se remontan al pasado verano, según informó ayer el cuerpo policial municipal.

Las investigaciones se iniciaron el 15 de agosto, cuando los supuestamente implicados en este fraude presentaron un parte de accidente con una persona lesionada en un supuesto atropello ocurrido en el municipio de O Rosal. Según las mismas fuentes, los agentes de la Policía Local pudieron constatar que la presunta víctima del atropello, se encontraba en esa época de baja laboral, pero pese a ello participó en unas pruebas del Track Day de Motos en Portugal y en "el transcurso de los entrenamientos esta persona sufre un accidente y es trasladado en ambulancia, inicialmente, a un centro hospitalario de Vigo".

Los agentes sostienen que este pontevedrés habría optado, ante la gravedad de las lesiones, por ocultar su participación en la prueba deportiva ya que se encontraba de baja laboral, y para ello, añade la Policía Local, ideó la simulación de un atropello "para así beneficiarse de los días de baja o de las posibles secuelas".

Entre la documentación que manejan los agentes figura un parte de accidente, que consideran falso, donde consta que el atropello se produjo el 15 de agosto en el Alto do Morán-Tabagón, en O Rosal y la supuesta conductora es "una persona vinculada al lesionado". Se trata de una mujer, que también figura como imputada, que declaró en el parte que el atropello se produjo cuando el peatón cruzaba por un lugar permitido. Una tercer imputado sería un vigués vinculado al sector de seguros, que habría asesorado a los otros dos en el peritaje del coche.

La compañía de seguros, que ya había abonado 12.000 euros para la reparación del coche y por gastos sanitarios, sospechó alguna supuesta irregularidad en este caso y paralizó el pago de una indemnización pendiente, que en ese momento ya ascendía a 150.000 euros, pero que podría crecer, ya que el lesionado sigue de baja.

La Policía Local, tras realizar esta investigación, puso el caso en manos del juzgado por presunta estafa.