“La verdad es que sí, me siento muy orgullosa ahora que veo el autobús”, reconoce Mar Piñeiro, que desde la gerencia de la empresa Autocares Viuda de Cándido lidera el proyecto pionero en España de un autobús diseñado para el transporte de personas con discapacidades, especialmente invidentes. El vehículo, en cuyo diseño ha participado activamente, supone la culminación de numerosas investigaciones y pruebas y se presentará oficialmente mañana en un acto en el que miembros de la Organización Nacional de Ciegos y la Asociación Amencer probarán los sistemas que incorpora para facilitar la orientación del viajero, su seguridad (incluye, por ejemplo, cuatro cámaras interiores para que el conductor pueda comprobar si algún pasajero necesita ayuda) y su comodidad.

—¿Qué mejoras incorpora el autobús adaptado?

—Un autobús adaptado es un vehículo que de entrada dispone de una plataforma elevadora para que puedan acceder al interior personas en sillas de ruedas y otra de las características principales en este caso es que en el interior toda la información aparece reflejada en Braille. En cada butaca los pasajeros cuentan con información en braille sobre salidas de emergencia, donde se encuentra el botiquín, donde quedan la puerta delantera y trasera, como evacuar en casos de emergencias, extintores, dónde están orientados los martillos de las ventanillas etc. Incorpora, entre otros muchos elementos, un sistema de arrodillamiento para facilitar el movimiento a las personas mayores, embarazadas etc que no pueden levantar mucho las piernas, pues el autobús baja hasta quedar prácticamente al nivel de la acera y que así tengan que hacer el mínimo esfuerzo. Por lo que respecta a la comodidad, también tiene wi-fi, mejoras en el sonido, en donde hemos innovado muchísimo, etc

—¿Es el primer bus español con estas características? ¿Qué experiencias se habían hecho en el transporte para facilitar el acceso de pasajeros con discapacidades?

—Sí, con todas ellas sí. Hasta ahora lo único que había hecho hasta ahora es que algunos habían puesto la numeración de la butaca en Braille pero nosotros quisimos ir más allá y apostamos por una larga batería de mejoras.

—¿Cómo es la experiencia de un pasajero, por ejemplo invidente, desde que entra al autocar?

—Se sienta en su butaca y tan pronto alce las manos para agarrase al asidero va a encontrar en braille las indicaciones y que las medidas de seguridad están en el revistero de su asiento, a la altura de las rodillas, a mano tendrá todo tipo de información.

—¿Cómo surgió la idea de diseñar y hacerse con un autobús adaptado?

—Pues un poco porque a nosotros siempre nos gusta innovar en cuanto a tecnología, seguridad, y pensamos además que todas las personas tenemos el mismo derecho a viajar a pesar de que tengan una discapacidad, por eso nace este autobús. Ví que en el mercado no había nada y de hecho no tenemos conocimiento de nada así, en la fábrica con la que trabajamos, que tiene distintas factorías a nivel mundial, nos decían que no tenían conocimiento de haber realizado nada así. Así es que nos animamos a trabajar por ahí, para dar a todo el mundo la oportunidad de viajar y también para destacar e innovar. Ha costado mucho trabajo, dio un poco la lata porque normalmente estos coches los fabrican en mes y medio y a nosotros tardaron unos 8 meses en fabricarlo, más que nada por el diseño, las sucesivas pruebas, ensayar con el espacio reducido de un autobús, buscar los carteles más concisos y que, por tanto, incluyesen la información necesaria.

—¿Cubrirá el bus una línea regular?

—No, es para servicio discrecional, para quien contrate el autobús. También se utilizará llegado el caso para reforzar lineas regulares pero será discrecional fundamentalmente.

—¿Cuál es el coste de un vehículo adaptado como el que presentan mañana?

—En torno a los 300.000 euros.

—¿Se fabricó en España?

—Es todo fabricado en España, la carrocería en una carrocera vasca y en el tema del braille trabajamos con fábrica y lo encargó a una empresa de Bilbao que se dedica a esto. También contribuyó la colaboración de la Organización Nacional de Ciegos, que ayudó para explicarnos qué servicios necesitaban, qué tipo de indicadores y como describirlos; nos asesoró a la hora de establecer referencias en función de la butaca en la que está situado el pasajero para hacerles ver que, por ejemplo, cuanto queda para la salida etc. Hemos tenido en cuenta a qué espacios pueden acceder dentro del autobús, por ejemplo que las referencias no sólo estén a la altura del portaequipajes, a la que no accede una persona que no sea alta, por ejemplo un niño. Por tanto, los indicadores están en el lateral de la butaca para que sean más fáciles de localizar.

—¿Han pensado aumentar la flota de vehículos de estas características?

—Ahora mismo lo cierto es que acabamos de pagar la inversión, para la que no hemos recibido ningún tipo de subvención ni ayuda, y hacia finales de año es posible que sí nos planteemos ampliar la flota porque queremos seguir con esta línea de vehículos adaptados.