La dirección y el comité de Ence pusieron ayer en marcha una mesa de negociación para abordar las reivindicaciones que llevaron a los trabajadores de la fábrica de Lourizán a realizar una huelga de cuarenta y ocho horas. Durante los próximos quince días, y en cuatro reuniones, se tratarán de "corregir" las consecuencias de los incumplimientos de convenio denunciados (pérdida de primas salariales, vacaciones por decisión empresarial, cambios de turnos, recortes de derechos sociales...) y reconducir las relaciones laborales, según explicaba ayer el presidente del comité, Miguel Graña, quien advertía que si no se producen acuerdos o avances "moi significativos" se plantearán nuevas movilizaciones.

Entre las "exigencias" puestas ayer sobre la mesa se encuentra la recuperación de la prima salarial de producción (entre 200 y 300 euros mensuales) que perdieron al bajar el ritmo de fabricación de pasta debido a la escasez de madera y a la peor calidad de la materia prima utilizada (materia prima importada de Chile y Congo), "unha consecuencia da xestión da empresa" recalca Graña; y una compensación, con otras vacaciones o económica, para los operarios del parque de madera a los que "obligaron" a disfrutar quince días libres al quedarse sin carga de trabajo.

El presidente del comité indicaba ayer que la dirección situaba en abril o mayo el momento en el que se recuperará la normalidad en el suministro de madera, "pero aínda está por ver".

La negociación entre la empresa y el comité coincide en el tiempo con una parada técnica de la fábrica que se aprovecha para realizar tareas de mantenimiento y reparación e introducir nuevas medidas correctoras del impacto ambiental. Ochocientos operarios de empresas auxiliares participan en los trabajos, además de la plantilla de Ence.

Graña criticaba la presencia de numerosas firmas auxiliares de fuera de la comarca, sobre todo del sur de la provincia y de Portugal, "como se aquí non houbera paro".