Policía Nacional de Pontevedra sigue la pista a “decenas de jóvenes” sólo en la ciudad que se dedican habitualmente a viajar a Marruecos para transportar hachís hasta la provincia. Una actividad que parece que está en auge y en la que se ha detectado cierta especialización entre varios grupos radicados en la capital del Lérez.

Gran parte de culpa de que toda esta actividad ilícita salga a la luz la tiene el Grupo Operativo de Tráfico Medio de Estupefacientes de la Comisaría Provincial, cuyas investigaciones en los últimos meses han puesto al descubierto a diversos grupos de jóvenes que se dedican a “bajarse al moro”. Dicha unidad se creó en noviembre de 2008, cuando la Jefatura de la Comisaría Provincial quiso impulsar un nuevo grupo dedicado a luchar contra el tráfico de drogas a pequeña y mediana escala. Tanto el Greco como la Udyco tenían cubierto el campo de la investigación a las grandes redes del narcotráfico pero faltaba llegar al último escalón de la distribución. La unidad inició su labor con 4 agentes y enseguida cosechó importante éxitos por lo que se decidió aumentar su número de efectivos. En la actualidad el equipo está integrado por seis agentes que en apenas dos años de trabajo han detectado una importante actividad en la ciudad, sobre todo en lo que se refiere al tráfico de hachís procedente de Marruecos y el sur de España.

“No sé exactamente por qué, pero sí es verdad que hay mucha gente que se está dedicando a esto en Pontevedra y es un verdadero problema del que incluso ya se ha dado cuenta a la autoridad judicial y que se ha abordado con la Fiscalía Antidroga”, dice Javier, inspector de la Policía Nacional y responsable del citado grupo operativo.

Quizá la razón más probable para explicar este auge del tráfico de hachís sea la monetaria. “Es muy fácil para un chaval de 20 años que le paguen 1.000 euros por bajar a Marruecos y volver dentro de dos días con un kilo de hachís en el organismo” cuenta Javier.

“El dinero es muy goloso” , añade, y los organizadores de los viajes también pueden aprovechar las situaciones de necesidad para captar “culeros”, como se les llama en este mundillo a los portadores del hachís. La razón: el método de expulsar las “bellotas” que transportan ocultas en su aparato digestivo tras ingerirlas. De hecho, los investigadores han detectado que “hay gente que se ha quedado sin trabajo que antes no se dedicaba a ello y que ahora ha comenzado a bajar a Marruecos”. Los “muleros” son meros porteadores a los que se les paga por carga. Los principales beneficiados por este negocio ilícito son los organizadores del transporte. Los “jefes” que lo financian.

Negocio fructífero

Javier explica que el kilo de hachís en Marruecos vale entre 900 y 1.000 euros. Suelen bajar 4 “culeros” que se traen a Pontevedra 4 kilos de droga que vendida al por menor en la ciudad se convierten en 20.000 euros. “Si les descuentas los 4.000 euros que vale la droga, los 4.000 de los muleros y 1.000 más de gastos del viaje, al organizador le pueden quedar limpios entre 10.000 y 12.000 euros en cada viaje, es un negocio realmente fructífero”, explica este inspector de la Policía Nacional.

No todos los grupos traen el hachís desde África. Algunos lo recogen en el sur de España -con lo que el precio por kilo ya sube a 2.000 euros-, o hay a quien se lo traen directamente a Pontevedra, como en la “Operación Celos”, con lo que el coste por cada 1.000 gramos de coste asciende ya a los 3.000 euros.