Es una decisión adoptada hace semanas y ya conocida, pero el gobierno local quiso recordarla ayer, precisamente cuando se conoció el alcance de la subida de impuestos que propugna el Gobierno central. El concello ha apostado por "congelar" la presión fiscal durante 2010. Si bien no está prevista una reducción, el concejal de Hacienda, Raimundo González Carballo, aclaró ayer que "no nos planteamos actualizar las tasas e impuestos", aunque alertó de que quizás suba alguna "por la decisión del Estado de elevar el IVA, que tramitan los concellos, pero de lo que no vemos ni un euro". Con las medidas previstas por Moncloa, el concello opina que "no podemos pedir un mayor esfuerzo a los ciudadanos", y, según sus datos, Pontevedra tampoco precisa de esa subida fiscal. "No es que lo digamos nosotros, sino que lo dicen los informes técnicos, cuyos responsables conocen la situación económica real del ayuntamiento". Por ello, el alcalde, Miguel Fernández Lores volvió a destacar ayer la "buena salud financiera" de la administración local, pese a que "los concellos somos las cenicientas y la financiación que recibimos del Estado no llega para responder a las demandas de los ciudadanos".

"Pontevedra -añadió- está en condiciones de participar en proyectos, porque llevamos diez años de control del gasto y somos un concello saneado, que en un momento de crisis como el actual, tenemos la capacidad de romper la hucha y endeudarnos para reactivar en lo posible la economía local".

Contrapone la "buena salud" pontevedresa con la situación que atraviesan otros concellos en los que "ya comienza a haber problemas para el pago de las nóminas e incluso se ven obligados a despedir, o no renovar contratos de determinados trabajadores".