Rotas las negociaciones y apenas unas horas antes de que comenzase la huelga, los trabajadores de Cespa se reunían en los locales sindicales para ratificar la postura defendida por el comité. Un apoyo otorgado de manera unánime y que significó poner en marcha un paro indefinido cuyo objetivo es presionar a la empresa para que readmita al trabajador despedido conservando todos sus derechos.

Los cerca de 70 empleados presentes en este último encuentro, algo más de la mitad de una plantilla compuesta por 124 operarios, dieron su beneplácito a poner en marcha finalmente la protesta después de un día frenético en cuanto a las negociaciones. Reuniones que se prolongaron durante más de cuatro horas con la empresa y que continuaron hasta poco antes de la asamblea por vía telefónica.

Por lo tanto, a partir de las 23.00 horas de anoche el servicio de limpieza y recogida de basuras dejó de funcionar. Una vez confirmado el inicio de las movilizaciones algunos de los operarios realizaron acciones excepcionales para limpiar en lo posible la ciudad ante los previsibles días de acumulación de residuos que se aguardan.

A partir de ahora la plantilla quedará pendiente del desarrollo de los servicios mínimos. No obstante el comité, cuya presidencia ostenta el ugetista Juan Carlos Corredoira, se opone a lo marcado desde el Concello. Así, desde la representación de los empleados los consideran “abusivos”.

Servicios mínimos

En principio, los operarios aplicarán un calendario estipulado que afecta diariamente a la recogida en los centros hospitalarios y los mercados. Pero, según indican los delegados sindicales, desde el gobierno municipal se pretende que “haya días por la noche que trabajen más empleados que los que lo hacen habitualmente”, algo a lo que se niegan.

El fracaso de las negociaciones llega después de que la concesionaria rechazase la última propuesta de la plantilla, la de que reincorporase al empleado manteniéndole la antigüedad, aunque admitiendo que se le impusiese una falta leve. La dirección, por su parte, únicamente planteaba su regreso haciéndole perder la antigüedad y otros emolumentos.

La confrontación da lugar al segundo paro indefinido en cuatro años. Una huelga que supondrá la acumulación diaria de unas 100.000 toneladas de basura orgánica en las calles del municipio pontevedrés.

Las calles de Vigo, con 700 toneladas de basura

Mientras en Pontevedra se vive hoy la primera jornada entera de huelga, la ciudad de Vigo afronta la tercera. Más de 700 toneladas de basura se acumulan en sus calles debido a un paro cuyo origen se encuentra en la denuncia realizada por los operarios sobre reiterados incumplimientos del convenio.

Las posturas entre la patronal, Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), y el comité de empresa siguen estando enfrentadas, pese a un acercamiento realizado ayer. Los 370 empleados de la empresa dedicados a la recogida de basura participaron de nuevo en una asamblea para conocer el contenido de esa reunión y, posteriormente, acudieron hasta la Praza do Rei, ubicada en el Ayuntamiento de Vigo, para hacer notar su presencia con petardos y megáfonos.

Los servicios mínimos conformados por 19 personas de la plantilla y por el momento se mantendrán en esos términos. Esta huelga, también de carácter indefinido, fue convocada por los sindicatos UGT, CC OO y CIG. Pretende denunciar el incumplimiento sistemático del convenio colectivo, en particular en los relativo al acuerdo alcanzado hace cuatro años sobre el traslado del día de descanso a los sábados. Según el comité de empresa, FCC no respeta ese día de descanso.