Yago F. A., el joven de 20 años detenido el pasado miércoles tras protagonizar una espectacular huida en coche por el centro de la ciudad, permaneció toda la jornada de ayer en los calabozos de la Comisaría de Policía, acusado de un presunto delito de atentado contra la autoridad y otro contra la seguridad del tráfico. El joven, que carece de permiso de conducir, según la Policía, será puesto hoy a disposición judicial.

En cambio, sus dos acompañantes sí quedaron ayer en libertad provisional desde la propia Comisaría, sin pasar previamente a declarar ante el juez, trámite que sí tendrán que cumplir cuando sean requeridos para ello. Se trata de Adrián M.P. y Daniel G. F., de 21 y 20 años respectivamente, y ambos con domicilio en Pontevedra, y que ocupaban el Fiat Bravo durante su recorrido a toda velocidad por el centro, en el que sembró el pánico y golpeó a algún coche e incluso llegó a circular por la acera.

En un primer momento se barajaba que los tres arrestados compareciesen ante el juez ayer mismo, tras pasar la noche en la Comisaría, pero finalmente se cambiaron los planes, después de las oportunas declaraciones ante los agentes.

Los tres jóvenes protagonizaron el miércoles una huida en coche por diversas calles del centro urbano de Pontevedra, que culminó con una persecución y su detención posterior. Los hechos comenzaron poco después de las tres de la tarde en la calle Cruz Gallástegui de la ciudad, cuando una patrulla policial que realizaba labores de vigilancia observó que el Fiat en el que viajaban los detenidos circulaba demasiado rápido. Tras darle el alto se le advirtió de que debía disminuir la velocidad. Pero el coche reanudó la marcha sin atender a los agentes y se inició entonces una persecución por calles como Blanco Porto, Joaquín Costa, José Casal y Virgen del Camino, y a gran velocidad, según indicó la Policía y también los testigos presenciales, poniendo en peligro la seguridad de los peatones y de otros conductores.

Por la acera

En Eduardo Pondal, el Fiat colisionó contra un coche que estaba estacionado, un Audi A-4 que resultó dañado. El cerco policial, con varios coches patrulla desplegados, se estrechó a partir de ahí, cuando comenzaron también las maniobras más peligrosas de los detenidos, ya que el coche llegó a circular en dirección prohibida por la calle Peregrina (frente al hotel Galicia Palace) y circulando por la acera, hasta que las “almenas” de Sagasta frenaron en seco su huida, cuando se pudo proceder a la detención de los tres ocupantes. Durante el operativo resultó herido un agente de la Policía Nacional, que trató de arrancar las llaves del contacto a través de la ventanilla, pero fue arrastrado por el Fiat unos ocho metros, hasta que pudo soltarse.