Los vecinos de la Brilat, que reclaman el traslado de la base militar, aseguran que mantendrán el “asedio” al recinto castrense, hasta conseguir paralizar totalmente las obras que el Ejército realiza en los montes de Salcedo. Más de un centenar de vecinos volvieron ayer al lugar de Muimenta, para tratar de expulsar a los militares que trabajan en la construcción de un campo de entrenamiento, que los afectados consideran un intento de expandir la base militar.

Al estar convocada la protesta desde el día anterior, el Ejército no acudió al área de trabajo. Aún así, los vecinos realizaron un recorrido por la zona de entrenamiento, normalmente cerrado al paso de civiles, para demostrar que mantendrán su reclamación sobre un terreno que consideran monte comunal “usurpado” a la parroquia.

Los manifestantes exigieron una vez más un pronunciamiento de las administraciones públicas con competencias en la protección del medio rural, el ecosistema, el monte comunal, el patrimonio histórico y el urbanismo, para que “de una vez por todas digan si el Ejército puede hacer estas obras, si tienen permisos y licencias” o, en caso contrario, las paralicen.

Los portavoces de la comisión de afectados volvieron a requerir algún tipo de actuación por parte del Concello de Pontevedra y de la Xunta de Galicia, que hasta ahora “dan la espalda al problema y miran para otro lado”, criticó su portavoz, Fernando Pintos.

Uno de los recursos que los vecinos tienen para paralizar las obras de la Brilat es hacerse con el control de la Comunidad de Montes de Salcedo. En la próxima asamblea electoral, estos vecinos prevén cambiar la junta directiva para, a partir de entonces, bloquear todos los permisos y acuerdos a los que la actual rectora haya llegado con el Ejército. La próxima Comunidad de Montes -anunció Fernando Pintos- pleiteará con la base militar por la propiedad y el uso de los montes de la zona. Esta es también una de las razones por la que los vecinos creen que Defensa trata de acelerar las obras en el campo de entrenamiento, donde se construye una “aldea afgana” y un espacio urbano, para el adiestramiento contra las guerrillas. En este sentido, los concentrados ayer criticaron que “din que van facer labor humanitaria a Afganistán e aquí teñen á xente en pé de guerra”.

“Manter a dignidade”

Los portavoces de la comisión de afectados denunciaron, por otra parte, que los militares les han fotografiado mientras paseaban por el monte comunal, en las inmediaciones de la zona de obras.

Aseguran que estas “acciones intimidatorias” no les impedirán mantener la presión social sobre la base hasta conseguir paralizar las obras en el monte. “Temos que manter a dignidade, para que cando os nosos rapaces medren non teñan que emigrar de Salcedo por culpa de que os seus maiores non defenderon a parroquia ante os abusos do cuartel”, dijo el portavoz de los afectados.