Vecinos del municipio de Poio, especialmente en la zona de A Seara, han denunciado ante la Guardia Civil la presencia desde hace algunas semanas de unos falsos técnicos de la revisión de las instalaciones del gas butano, que se dedican a estafar a los propietarios. Según la denuncia cursada ante el instituto armado, los afectados han llegado a pagar facturas entre 200 y 300 euros, cuando una revisión oficial ronda los 60.

Estas mismas quejas añaden que los supuestos timadores suelen elegir viviendas en las que residen personas mayores o que se encuentran alquiladas, para efectuar un análisis de la instalación con la excusa de que hay que cambiar las canalizaciones de goma o los reguladores de los electrodomésticos. Incluso se añade que estos individuos exhiben ante sus víctimas un falso carné, con el nombre de una empresa legal, pero que no tiene ninguna vinculación con estos timos.

Fuentes oficiales, por su parte, han señalado que este tipo de estafas se registran en épocas del año en las que sí se efectúan revisiones oficiales, pero han sido bastantes los vecinos que se han negado a permitir el paso a sus viviendas, ante las dudas que generaban los individuos, sin uniformar, y también por el temor de que pudieran recabar algún dato para hipotéticos robos posteriores.

Avisos previos

Desde la Guardia Civil se ha informado a los afectados que las inspecciones oficiales de las instalaciones del gas butano, que es obligatoria periódicamente, es efectuada por personal identificado, por empresas que disponen de bases de datos de los clientes y los técnicos acuden con un uniforme específico y vehículos convenientemente rotulados. Además, es frecuente que las compañías avisen por carta a los clientes de la próxima llegada de los revisores, por lo que se aconseja a todos los vecinos que desconfíen de aquellas personas que no cumplen todos los requisitos y, sobre todo, de aquellos que insisten en acceder a la vivienda aunque el propietario se muestre reacio.