S. R.  Pontevedra

"Galicia no es una comunidad especialmente conflictiva", recuerda el sindicato Anpe, cuyos profesionales atienden el teléfono del Defensor del Profesor, una iniciativa pionera cuya demanda crece más de un 10% al año. Sólo en el último año (y a falta del balance oficial que presentará la organización en breves días en Santiago) más de 85 profesores gallegos llamaron para denunciar casos de acoso, imposibilidad para dar clase, presiones familiares etc.

A estos casos gestionados desde Galicia se suman los de más de 40 profesores gallegos que optaron por comunicarse directamente con Defensor del Profesor en Madrid.

"Lo que notamos es que, siendo Galicia una comunidad tranquila, parece que hay miedo a denunciar y se prefiere hacerlo fuera por aquello de que aquí se conoce todo el punto", indica María José Brey, de Anpe, que añade que "generalmente los que contactan con Madrid son todos casos graves".

Este sindicato ha recibido en el último curso escolar una veintena de llamadas procedentes de Pontevedra. La gran mayoría contactan con Anpe por cuestiones de tipo administrativo y/o sindical y sólo en tres casos de acoso actuó el servicio profesional de la organización.

Por lo que respecta a las principales quejas de los docentes, el Defensor del Profesor señala que "hablan de la imposibilidad de dar clase por la indisciplina en el aula, de partes reiterados sin que se tomen medidas o de frecuentes presiones de los padres, en ese caso lo que les aconsejamos es remitirse estrictamente a la programación y no ceder a los intentos de presión", indica la técnico del sindicato.

Éste también recogió el malestar de muchos profesores "por el poco respaldo de los equipos directivos cuando tienen problemas... Y en general porque el profesor se enfrenta al problema de qué hacer cuando fallan los padres. Éstos dicen que no pueden hacer nada con el chico, que se siente amparado".

El balance sobre las llamadas al teléfono del Defensor del Profesor se hace público en el arranque de la campaña "Por el reconocimiento de la autoridad del docente".

Los responsables del sindicato señalan que la convivencia en los centros se ha deteriorado y que la condición de autoridad pública del docente en el ejercicio de su función (inicialmente contestada y ahora apoyada por las administraciones, inclusive la de Justicia) es básica para la relación educativa.

Se trata de un argumento con el que coincidió recientemente el presidente del Forum Deusto y sociólogo Francisco Javier Elzo, autor de varios estudios sobre la adolescencia, que insistió en que "en contra de lo que se piensa los jóvenes valoran la disciplina en el aula, es necesaria".