Una calzada de catorce metros de ancho con cuatro carriles, una longitud entre estribos de 116 metros (dos metros y medio menos del ancho del río Lérez en ese punto), todo ello sustentado por dos arcos paralelos, un presupuesto de 7.207.200 euros, un plazo de ejecución de dos años y una capacidad máxima de 20.000 vehículos al día, 2.960 de ellos, camiones y autobuses. Son los datos más básicos del proyecto definitivo de ejecución del puente das Correntes, que la unión temporal de empresas Sercoysa-Atlántica-Ogensa, acaba de entregar al concello. La pretensión municipal es comenzar las obras "de inmediato", tan pronto como la Consellería de Política Territorial dé su visto bueno al proyecto, un trámite imprescindible para que la Xunta entregue los tres millones de euros comprometidos.

La intensidad media diaria de tráfico planteada para el puente, de 20.000 coches al día, ha sido calculada por la empresa para definir la estructura final del puente, así como la calidad del pavimento. En este último apartado, cobra especial importancia el tráfico pesado, que se sitúa en unos 740 camiones al día por cada uno de los cuatro carriles.

La cifra es orientativa y ha sido entresacada de la circulación real que soportan las dos carreteras más próximas al futuro puente: la PO-308 entre Pontevedra y Sanxenxo, con 20.899 coches diarios (el 3,6% pesados) y la PO-531, entre la capital y Vilagarcía, con 19.702 vehículos al día, un 11,2% camiones y autobuses. No obstante, se estima que los 20.000 automóviles calculados para este viaducto entre las avenidas de Uruguay y de Domingo Fontán, no significan una cifra real a corto plazo, ya que ambas calles no registran a día de hoy tales intensidades. En todo caso, la previsión es que aumente a medio plazo, cuando se limite el puente de A barca a un único carril, de entrada a la ciudad.

El proyecto definitivo es básicamente igual al que ganó el concurso, en agosto pasado, aunque se introducen ligeras variaciones para corregir fallos detectados durante el análisis exhaustivo del terreno. Así, las aceras laterales que discurrirán a cada lado del puente se separan de la estructura central, para alejarlas del tránsito rodado, y algunas de las pasarelas subterráneas previstas bajo las dos rotondas de los extremos se modifican y cambian de emplazamiento para ajustarse a la orografía.

Aunque todavía no hay una fecha concreta para iniciar las obras, el concello no alberga dudas de que será antes de 2009. Además, también confía en recortar el plazo de dos años que fija la empresa. En esos 24 meses se incluyen tres para "trabajos previos", solapados con otros cuatro para el desvío de servicios. La mayor parte del plazo (20 meses) se reserva para instalar la estructura, parte de ella prefabricada, y cuatro meses al final del plazo serán para los firmes y pavimentos.