Una simple playa fluvial en el embalse del Pontillón amenaza con desestabilizar el frágil equilibrio del gobierno local entre el BNG y el PSOE. El extraño reparto de competencias, con atribuciones paralelas para cada partido, pactado al inicio del mandato provocó ayer un agrio enfrentamiento entre el alcalde, Miguel Fernández Lores, y su socia del PSOE, Teresa Casal. La intención de crear una playa fluvial (competencia del BNG) en un embalse (cuya gestión corresponde al PSOE) fue calificado ayer por los socialistas como una "injerencia" de los nacionalistas en el departamento de Medio Ambiente Natural de la concejala Celia Alonso, responsable del ciclo del agua, en el que se incluye el Pontillón.

En cambio, desde el BNG, su concejal de Montes, Miguel Vázquez Plaza, y el propio alcalde, insistían en que la creación de esos arenales es una atribución de los nacionalistas, además de formar parte de la revitalización de las zonas forestales, dentro del plan Monte Vivo. Así, el BNG asegura que seguirá adelante con su proyecto y ayer mismo se llevó a cabo un estudio batimétrico en el Pontillón para determinar la posible ubicación de esa playa fluvial.

"Sin mí no se aprueba"

Pero la intención nacionalista de "seguir adelante" choca ya con la advertencia del PSOE de que "sin nuestro voto, no se puede aprobar". Teresa Casal dejó ayer clara su negativa a esa playa alegando que instalaciones de este tipo, en las que la gente se baña, no son compatibles con su uso para el abastecimiento de agua potable.

Desde el BNG se considera "muy endeble" esa razón, al recordar que el río Lérez, la principal fuente de suministro de agua doméstica, cuenta con varias zonas de baño, una de ellas muy próxima a la estación de bombeo, y toda el agua captada se trata en la potabilizadora.

Pese a todo, desde el PSOE se insistió ayer en que "no dejaremos que se haga una playa fluvial en el embalse, cuyo cometido es abastecer a la población". Aunque el Pontillón también alberga una pista de piragüismo de rango internacional, Celia Alonso sostiene que "con el agua no se juega".

Teresa Casal sostiene que la empresa concesionaria del servicio, Aquagest, no fue informada del asunto, pero más allá de aspectos técnicos, la portavoz socialista vuelve a calificar este asunto de "injerencia" y acusa al alcalde de "no ser quien toma las decisiones, porque primera quiso resolver el asunto por las buenas, pero después de hablar con sus compañeros, me respondió que la playa se haría igual.