Las autoridades pesqueras de Mauritania liberaron en la tarde de ayer al buque pesquero "Bahía de Portosanto", con base en Las Palmas pero con casa armadora de Marín, que se encontraba retenido desde hacía cinco días en el puerto de Nuadibú a causa de un expediente abierto por presunta pesca ilegal.

La liberación se produjo después de las negociaciones que tuvieron lugar en la mañana de ayer entre el embajador de España en Mauritania, Alejandro Polanco, y el consejero del Ministerio de Medio Ambiente en este país, Guillermo Artolachipi, con el responsable de la Delegación de Pesca en Mauritania. Asimismo, también se mantuvieron contactos con los responsables pesqueros de la Comisión Europea "que han permitido solucionar satisfactoriamente este incidente", según el Ministerio de Pesca.

Las autoridades mauritanas retenían desde el miércoles el barco, con personal armado a bordo, bajo la acusación de faenar ilegalmente en sus aguas el pasado 13 de mayo y le reclamaban una fianza de 44.000 euros. Tanto el armador como el propio Ministerio de Pesca negaban dicha acusación, dado que así lo demostraba el registro del barco (las denominadas "cajas azules"). Desde el Ejecutivo español informaron que la liberación se produce "en base a las excelentes relaciones entre la administraciones pesqueras de los dos países", y añadían que "las autoridades mauritanas han entendido los argumentos presentados por la parte española, que ya con anterioridad había transmitido, tanto a Mauritania como a la Comisión Europea, los datos de navegación del Bahía de Portosanto".

Santiago Iglesias, armador del barco, explicaba desde su domicilio en Poio que el barco fue liberado sobre las 16,00 horas de ayer y que quedaba "libre de todos os cargos" que se le imputaban. En declaraciones a FARO señaló que se realizó "un volcado de datos e posicións do pesqueiro e demostrouse que non había ningunha infracción" "Non estaban faenando de formar ilegal como decían e polo tanto tampoco había motivo para sancionalo", añadió. Aseguró que tampoco se le requirió ningún tipo de fianza para que el pesquero dejase el puerto de Nuadibú.

Iglesias explicaba que sobre las 16,30 horas el patrón del barco esperaba el regreso del resto de la tripulación para partir de nuevo hacia el caladero en aguas mauritanas y continuar con la captura de merluza fresca. Según sus cálculos, "se non hai ningunha novedad, esta mesma noite ou mañá cedo (por hoy) comenzarán as faenas de pesca". Aseguró que toda la tripulación está bien (son 6 gallegos, 7 mauritanos y un senegalés) y que "todo esta normalizado xa, foi un malentendido e solucionouse, por supuesto con unha carga para o armador polos días que estivemos parados, pero arreglouse con un final feliz que era o que queríamos todos". Iglesias considera que el conflicto estuvo "ben xestionado" por las autoridades pesqueras españolas. "Andívose bastante enriba deste tema e creo que se solucionou o antes posible", explicaba.

"Os mariñeiros non estamos acostumados a que o exército entre nos barcos"

El "Bahía de Portosanto" fondeó en Noadibú para realizar su habitual descarga de merluza fresca que, desde allí, es enviada a la lonja de Cádiz. El miércoles se encontraba fondeado cerca de la costa y se disponía a regresar de nuevo al caladero cuando las autoridades mauritanas impidieron al buque salir del puerto introduciendo hasta tres militares armados en el barco. Los acusaban de haber faenado ilegalmente el pasado 13 de mayo. El armador lo negaba y las autoridades españolas lo respaldaban. Una vez aclarado el incidente, Santiago Iglesias da por zanjado el tema y aseguró que el trato dispensado por las autoridades y el personal militar mauritano a la tripulación fue "correcto" en todo momento. No obstante, comentaba que "hai unha serie de medidas que era mellor evitalas porque os mariñeiros non estamos acostumados a que entre xente do exército nos barcos, pero bueno, o que conta é o final feliz". Ahora el buque regresa al caladero en aguas mauritanas para recuperar el tiempo perdido, puesto que su retención en el puerto de Noadibú supuso un quebranto económico a la casa armadora: "botáronse parados uns días que son moi valiosos, sempre hai pérdida porque o barco ten os seus gastos diarios e a situación está moi grave" debido a la crisis económica, dijo Iglesias.