Mientras el concello de Pontevedra negocia desde hace meses con la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN) un macroplan de 36 millones de euros para modernizar el suministro de agua a todos los municipios de la ría, la Consellería de Medio Ambiente acaba de hacer público el avance de su propio Plan de Abastecemento de Galicia, que "invade" las previsiones del Estado, y apuesta por efectuar unas inversiones que ya están previstas por la CHN.

El documento de la Xunta sitúa al río Lérez entre los "grandes sistemas de abastecimiento" y sitúa a siete concellos como "dependientes" de sus aguas: Pontevedra, Barro, Bueu, Marín, Poio, Sanxenxo y Vilaboa. El Plan incluye un amplio repaso a las captaciones que en la actualidad bombean agua del río pontevedrés. Así, se indica que "actualmente hay 12 depuradoras en funcionamiento en su cuenca, de las que tres está contemplado que sean retiradas en el futuro. En cuando a instalaciones para abastecimiento, hay instaladas en la cuenca 51 captaciones. hay además dos bombeos, 36 depósitos para almacenamiento de agua y una depuradora de gran capacidad (la de Placeres) que puede tratar hasta 700 litros por segundo. Finalmente, 124 tramos de conducciones que suman 86,85 kilómetros". De ese medio centenar de captaciones que retiran agua del Lérez, 14 son de gestión vecinal y 37 municipales, entre ellas la de la ciudad de Pontevedra, y sirven para abastecer a unas 155.000 personas.

A la vista de estas cifras y las necesidades futuras, el Plan de Abastecemento de Galicia recomienda, como "medida a largo plazo", la construcción de "una gran presa" en el Lérez (junto con otras tres en los ríos Mero, Oitavén y Narla). Se añade que "esta medida forma parte del plan de contingencias que promueve Augas de Galicia ante las perspectivas de sequía". Se trata de regular el caudal del Lérez para evitar en lo posible las pérdidas de agua

Esta presa ya figuraba en el primitivo Plan Hidrolóxico Galega hace años y se proyectaba en el lugar de Dorna, en Cotobade. Sin embargo, aunque la CHN no descarta abiertamente esta posibilidad, sí se ha considerado desde el concello pontevedrés una posibilidad "remota" por el elevado coste de construir un embalse de este calibre, y por la existencia ya de dos pequeñas presas en el cauce final del río, en Bora y en Monte Porreiro, que podrían ser reaprovechadas.

Curiosamente, el Plan de Abastecemento de Galicia de la Consellería de Medio Ambiente no sólo "corrige" las previsiones del concello, sino que también modifica los documentos anteriores de la Xunta, ya que su Plan Hidrolóxico inicial abogaba por construir no una, sino dos presas aguas arriba del Lérez. Se trataba de la ya citada (y que se mantiene) presa de Dorna, en Cotobade, destinada al abastecimiento y producción de energía, con capacidad para almacenar 27,5 hectómetros cúbicos, y la de Illa do Pexo, únicamente para abastecimiento.

Una demanda por encima de la capacidad real del río

El primer Plan Hidrolóxico elaborado por la Xunta consideraba el río Lérez, su cuenca y la ría de Pontevedra como una zona hidrológica propia. De hecho, aparte de los concellos situados en sus márgenes aguas arriba, este río es la base del abastecimiento para Pontevedra y la fábrica de Ence, así como, en mayor o menor medida, para los municipios de Marín, Poio y Sanxenxo y Bueu, que intensifican sus necesidades en verano.

Los informes elaborados en su día advertían de que la demanda de agua a lo largo del año están muy por encima de la regulación habitual del río. Según estos datos, el Lérez dispone de un caudal de agua más que suficiente, de 816 hectómetros cúbicos anuales, pero la mayor parte de esos recursos se pierden por falta de regulación, ya que sólo se recogen unos 62 hectómetros cúbicos.

La demanda humana (para usos urbanos, industriales y agrícolas) ronda los 74 hectómetros, a los que hay que sumar otros 82 del denominado "volumen ecológico", es decir, el caudal mínimo de agua que se necesita para que el río no registre perjuicios ambientales. Estos supone una demanda total de 155 hectómetros cúbicos, por lo que el balance final arroja un déficit de 94 hectómetros.