La inmobiliaria Lar tendrá que iniciar desde cero la larga tramitación urbanística de las 700 viviendas previstas en los antiguos terrenos de Tafisa. El concello admitió ayer que no podrá otorgar a esta empresa ni una sola de las licencias solicitadas a mediados de abril porque "puso el carro antes de los bueyes" al pedir esas autorizaciones sin tener aprobados los obligatorios proyectos de urbanización y de equidistribución de esos cien mil metros cuadrados. Así lo explicó ayer la concejala de Urbanismo, Teresa Casal, en respuesta a las cartas que la propia inmobiliaria ha comenzado a repartir entre sus compradores para anunciar un aplazamiento de sus planes "por culpa" del concello.

Según la edil, la decisión de no otorgar esas licencias ya está tomada por "imposibilidad legal" de concederlas, y ahora sólo falta por establecer la fórmula concreta: o una denegación, o una devolución. Sea de una manera o de otra, la construcción de los pisos en los antiguos terrenos de Tafisa no se iniciará este año, y será imposible cumplir el plazo inicial planteado por Lar para entregar las primeras viviendas: el año 2010.

Normas del Hábitat

Las dificultades para conceder a Lar (y a Costaverde, otra de las inmobiliarias implicadas en el proyecto) las licencias para las 700 viviendas solicitadas ya se intuía desde el principio, puesto que la documentación exigida no estaba completa. Sin embargo, las promotoras quisieron adelantar sus trámites para eludir la aplicación de las Normas del Hábitat de la Consellería de Vivenda. Ahora, estas compañías ven como se retrasa todo varios meses y, además, tendrán que solicitar de nuevo todas las licencias, pero además, ajustadas a las Normas del Hábitat, que obligarán a modificar los diseños originales.

Lar, que en noviembre pasado se convirtió en propietaria definitiva de los terrenos de Tafisa, comenzó hace apenas dos semanas los trabajos de demolición de las viejas naves, construidas a orillas del río Lérez hace más de medio siglo. Entonces el concello aún no había despejado la incógnita sobre las licencias, pese a que era notoria la imposibilidad de concederlas.

En esos cien mil metros cuadrados está previsto levantar como mínimo, 691 viviendas. El derribo de Tafisa fue autorizado por el concello hace un par de semanas y entre sus labores figura un plan de "descontaminación" del suelo, exigido por Medio Ambiente para todos los terrenos industriales. Esta demolición permitirá eliminar todas las edificaciones de la vieja fábrica, que presentaban un elevado grado de abandono y ruina, y que ya fueron objeto de algún incendio reciente. Estas 791 viviendas son las que en abril presentaron las inmobiliarias Lar y Costaverde para construir en ese solar. Sin embargo, no sólo chocan con la falta de proyecto de urbanización. El gobierno local no puede tampoco autorizar ninguno de esos pisos hasta que la propiedad entregue de forma oficial al concello la mayor parte de los terrenos afectados, en torno a un 80% de todo el ámbito. Lar inició esos trámites con retraso, de ahí que Casal dijera ayer que la inmobiliaria "puso el carro antes de los bueyes".

Seis edificios

Los 691 pisos que corresponden a los terrenos de Tafisa se reparten en seis edificios. Cuatro de ellos corresponden a Lar (de 307, 52, 52 y 66 viviendas, estas últimas de protección) y otro inmuebles es de Costaverde, del grupo Indeza (de 143 viviendas, diseñadas por César Portela). Hay otro edificio, de 71 pisos, del arquitecto Enrique Barreiro. Estos bloques se levantarán sobre una superficie máximo de unos 18.000 metros cuadrados. El resto de los terrenos, hasta los 105.000 metros cuadrados, debe ser cedido al concello: 4.500 corresponden a un futuro hotel y otro edificio de viviendas protegidas; 20.000 se reservan para el Edificio das Artes de la Universidad de Vigo; 13.000 se devolverán al dominio de Costas y unos 50.000 quedan para espacios libres, zonas verdes y otros usos.