Estamos hartos de que se nos culpe de todos los males del sector pesquero". Así se manifestaba ayer Emilio Suárez, portavoz de los vendedores de pescado en las plazas de Caldas, Moaña, Sanxenxo, Portonovo, Bueu y O Grove. Los placeros han decidido no aguantar más lo que consideran que son "acusaciones injustificadas" por parte de los armadores, y aseguran que "mienten" cuando insinúan que los vendedores de abastos están especulando con el precio del pescado alcanzando beneficios de hasta el 500% y por esta razón comparecieron ayer en un acto organizado a través de la agrupación de autónomos UPTA-Galicia.

Muy al contrario, los portavoces de estas seis plazas pontevedresas aseguran que los "márgenes de beneficios que tenemos nos permiten sobrevivir y no hacernos ricos" e invitaron a que, para comprobarlo, cualquier ciudadano los acompañe en sus jornadas maratonianas desde las lonjas a la venta del pescado. La portavoz de los placeros de Cangas puso un ejemplo gráfico sobre cuáles son sus márgenes reales de beneficio: "El otro día aseguraban los armadores que se compraba en lonja sardina a 80 céntimos y que se vendía en la plaza a 4 euros, yo la compré el sábado a 5 euros en lonja y la tuve que vender a 7. Si a esto le sumamos el gasto por las tasas de puertos, el IVA y el combustible, que a nosotros también nos afecta, a ver cuál es nuestro margen de beneficio", aseguró. Dicen que éste no suele llegar al 15%.

Para los placeros, los males del sector pesquero se encuentran, principalmente, en la masiva entrada de producto foráneo con un precio realmente bajo con el que es difícil competir. "Nosotros lo que nos comprometemos es a vender un producto con una gran calidad en el mercado" señaló Suárez, quien también insinuó que son los propios armadores los que "bajan" los precios del pescado con capturas por encima de lo que demanda el mercado y a veces "sobre-explotando" recursos: "cuanto más pescan, menos ganan, es la ley de la oferta y la demanda" aseguró.

Los placeros también piden derogar la normativa que permite a particulares comprar libremente hasta 3 kilos de pescado en lonja y medidas contra las pequeñas planeadoras que llevan pescado a la plaza para vender libremente sin pasar por lonja, lo que supone un caso de "competencia desleal", dicen.