Casi dos años después de la firma, en julio de 2006, el convenio urbanístico entre la ONCE y el concello para recalificar el colegio Santiago Apóstol, el diseño final de reordenación de esos 30.000 metros cuadrados ya está decidido. La construcción de seis edificios residenciales, con capacidad para unas 220 viviendas, y una nueva red viaria entre el propio colegio de ciegos y el instituto Torrente Ballester conforman las lineas básicas de esta recalificación. De este modo, el entorno de Campolongo completa el giro radical que se inició hace algunos años con el plan urbanístico que se ejecuta en el cuartel, muy próximo a este nuevo polígono. La concejala de Urbanismo, Teresa Casal, presentó ayer este diseño definitivo, el mismo día en el que era aprobado inicialmente por el gobierno local. Hoy será debatido en comisión y el viernes recibirá su primera luz verde oficial en el pleno del concello. Después quedará en manos de la Xunta, con la que ya se ha pactado esta operación.

Los seis inmuebles previstos, que ocuparán una superficie de 6.000 metros cuadrados y tendrán una edificabilidad total de 28.000 metros, se disponen alrededor de una plaza central en la que los técnicos han diseñado diversas zonas verdes (en torno a 11.000 metros) y algunas calles peatonales, que desembocarán en el instituto Torrente Ballester. Alrededor de la urbanización se dispone una calle de 16 metros de ancho, abierta al tráfico, y a la que se accederá desde la zona trasera del cuartel de Campolongo, mediante la prolongación de la actual calle Luis Braille.

Centro socioasistencial

De las aproximadamente 220 viviendas que se podrían construir, un 20% (unas 45) deben contar con algún tipo de protección. La intención de la ONCE es vender estos terrenos edificables y con los ingresos, ejecutar su nuevo centro de recursos, en una parcela que le cederá el concello en la calle 12 de Novembro. A cambios de esta cesión y la recalificación, la organización de ciegos urbanizará su sede actual y entregará al concello los inmuebles del Santiago Apóstol (básicamente el colegio y una residencia), donde Vicepresidencia de la Xunta tiene previsto crear un servicio socioasistencial. Según los cálculos realizados en su día por el concello, la ONCE ingresará entre 6 y 8 millones de euros, aproximadamente, con este convenio urbanístico. Con esos fondos deberá pagar su nueva sede y la urbanización completa del nuevo barrio.

Casal, que se encarga desde hace un año de tramitar este convenio (negociado anteriormente por el BNG), se reunirá mañana con responsables de la organización, y recordó que la entidad que preside el pontevedrés Miguel Carballeda, tiene interés en agilizar su nueva sede y ya ha contactado con una constructora tanto para ejecutar la urbanización como el nuevo centro de recursos.