J.S.P./ Redacción / MARÍN / Pontevedra

La práctica totalidad de las empresas del puerto de Marín están bajo mínimos y otro tanto ocurre con las ubicadas en los polígonos industriales de O Campiño y de O Vao. Como consecuencia del tercer día de la huelga del transporte y del amarre de la flota las estanterías de los supermercados comienzan a vaciarse, en la plaza de abastos no se vende pescado y el combustible escasea en las gasolineras.

La Guardia Civil escolta a los camiones que salen de la empresa Tréves, en O Campiño, mientras el 90 por ciento de las empresas situadas en este polígono están a bajo rendimiento.

En el recinto portuario no hay movimiento en cuanto al transporte. La Cooperativa de Transporte "Transmar" que trabaja con las empresas del puerto tiene a sus camiones parados, y otro tanto sucede con la flota de vehículos de la principal empresa, Ceferino Nogueira.

La tensión es tan alta que armadores que integran uno de los piquetes en el puerto marinense sacaron de las cámaras frigoríficas de la propia asociación una partida de pescado allí guardada, propiedad de un armador cuyo barco de pesca está faenando en aguas portuguesas y lo pusieron expuesto al sol.

Los barcos siguen amarrados a los muelles y a primeras horas de la mañana se reunieron en su sede los armadores donde, a puerta cerrada se celebró la asamblea por momentos tensa ante las distintas maneras de enfocar la problemática situación. La Asociación de armadores de Marín ha acordado hacer frente común con los armadores de otros puertos gallegos como Celeiro y Burela, para iniciar acciones tendentes a conseguir la paralización total de la comercialización del pescado como medida de presión eficaz ante el Gobierno central.

Terminada la reunión decidieron trasladarse a pie hasta el centro urbano reuniéndose un piquete formado por un centenar de personas ante la casa consistorial, en la Avenida de Orense, principal travesía de la ciudad, atravesando el paso de peatones para provocar retenciones a los vehículos que circulaban tanto en sentido Pontevedra como en dirección a la comarca de O Morrazo.

Esta movilización no se prolongó durante mucho tiempo por lo que las molestias a los automovilistas fueron más bien testimoniales.

Al regreso al puerto y ya de nuevo en las dependencias de la Asociación de Armadores, se decidió cumplir el acuerdo de cerrar al servicio la cámara frigorífica de su propiedad ubicada en la planta baja de la fábrica de hielo y las oficinas de la asociación.

Previamente, fue extraída de la cámara una partida de pescado propiedad de un armador cuyo barco trabaja en la costa portuguesa y con el que, según aseguraban, ya había habido cierta tensión el pasado viernes en la lonja.

Estas cajas de pescado guardadas en la cámara fueron extraídas al exterior y quedaron sobre el muelle y al sol, gesto con el que no todos los armadores presentes estaban muy de acuerdo.

Fue en este momento cuando se produjo un aumento de la tensión ya que funcionarios del cuerpo policial procedieron a la identificación de varias de las personas presentes en aquel acto.

Tras la presencia en la Avenida de Orense ante el concello, los armadores visitaron varios establecimientos de alimentación donde intentaron paralizar la venta en sus bancadas de pescado.

Dos de los establecimientos de la cadena Eroski accedieron a renunciar a la venta de pescado aunque de hecho, en uno de ellos ya no tenían existencias desde hace un par de días.

Un tercer supermercado, de otra cadena, se llevó la peor parte de la visita del grupo que denunció la presencia entre las existencia de pescado de alguna pieza del mismo con gusanos.

Uno de los miembros del colectivo reclamó la atención de los presentes quejándose de que el establecimiento estaba vendiendo pescado de importación, mientras mostraba la pieza con los parásitos y aseguraba que mientras tanto el pescado de los barcos españoles, fresco y garantizado en su calidad iba en su mayor parte para harina de pescado o era vendido a precios lamentablemente bajos en la lonja.

Además, denunciaron que había pescado congelado que se descongeló para su posterior venta "como si fuera fresco", y lo que mayor indignación generó fue que, según los integrantes del piquete, una partida de faneca expuesta en la venta en ese supermercado de Marín "ten bichos". La visita terminó con la adquisición por parte del grupo de armadores de una faneca en la estado y su pago en la caja asegurando que sería llevado al veterinario para su examen sanitario.

Tras finalizar la jornada de protestas en el puerto la decisión ahora es la de seguir con las reivindiaciones tanto en Marín, donde se volverán a realizar acciones de carácter sorpresivo, como en Vigo a donde los armadores acudirán en la madrugada de mañana para apoyar a los de otros puertos y tratar de impedir la venta de pescado, tanto nacional como de importación en la lonja viguesa.

Por otra parte, el colectivo de armadores marinenses se propone asistir a la manifestación convocada por la asociación de Vigo y que tendrá lugar esta tarde y a la que está prevista la asistencia de marineros y empresarios de la pesca procedentes de todos los puertos pesqueros de Galicia.

Asimismo, el patrón mayor de la Cofradia de Pescadores de Marín apuntó la posibilidad de que esta semana la flota de bajura podrá reanudar su actividad, porque "sus características son completamente distintas y no dependen tanto del gasóleo como la flota de altura".

Además, argumentó que se está ante una época "muy buena" para este sector, por el consumo de sardinas en San Xoán. De este modo, juzgó que la flota de bajura ya hizo un "esfuerzo muy importante" parando estos días.

En todo caso, acusó al Gobierno de estar azuzándoles para que reanuden su actividad y así crear división en el sector pesquero.