"Llevo un año viviendo aquí con mi familia, tengo seis hijos y dos nietos y no me voy hasta que me den otra casa", explica Emilio Salazar Montoya. Éste insiste en que "si ven los vecinos de Barro que les he hecho daño, si quieren que me marche de aquí que me den algo o que no me hubiesen autorizado".

-¿Qué autorización tiene usted para residir en esta vivienda?

-Tuve autorización de Rafael Fabeiro Méndez, el dueño, delante de la asistencia social, un papel que pone que me deja vivir aquí.

-¿Por qué lo denunció el propietario de la casa?

-Fue por una mujer, me pidió que se la buscara y yo le dije que se la buscara por sus propios medios, después de 11 meses de estar aquí, porque hará un mes o así que él se fue de casa, sin saber nada se cogió un poquito de ropa y marchó.

-Los vecinos aseguran que en realidad ustedes lo echaron.

-Eso no, imposible, yo tengo seis hijos, dos nietos, él es el propietario de esta casa, la cual yo no puedo invadir, en un terreno que no es mío, y echarlo yo de casa, eso no lo puedo hacer. Tengo testigos de que la policía ha venido aquí y ha leído mi papel y me dijo que lo guardara hasta el juicio. Porque dicen que ese señor me ha puesto una denuncia ¿y que pasa? Pues que quería una mujer y tenía que ser gitana, yo le dije que se la buscase él. Se marchó de la noche a la mañana.

-Los acusan de cometer diversos actos delictivos: amenazas, robos...

-Ponen esto porque dicen que en estas chabolas hay más gitanos y que tienen miedo a que esté yo y que venga más familia, pero se pueden sacar fotos y ver que todo es mentira, que aquí no hay ni una cama, que ni un perro puede dormir porque se muere de frío. Lo que pasa es que estos señores habrá gitanos que a lo mejor le vendrán a robar y yo por ser gitano ya nos echan las culpas. Hace un mes a una señora le faltó una bombona, le hice el favor de ir al Vao y traérsela y aún encima me quería echar la culpa.