Entrar en el Liceo de Ourense es respirar cultura y hacerlo en tiempo de pandemia es, a veces, un vestigio. La entidad ourensana acoge la segunda exposición de "Unha viaxe solidaria y creativa á vida", organizada por la ONG, Tierra de Hombres, y que expone un total de 35 obras de diferentes artistas con el objetivo de recaudar fondos por un fin solidario.

Un proyecto que contempla el traslado de niños y niñas de distintos países africanos afectados de graves patologías y cuyas enfermedades precisan de una tecnología punta de la que se carece en los países de origen. En el primer piso del Liceo de Ourense se encuentra las obras colgadas de la pared en un circuito circular que permite observar todos los cuadros y esculturas. Ayer, la iniciativa sumaban sus primeras ventas. Al menos un tercio de las esculturas y cuadrados tenían un punto de rojo, el indicador de que hay al menos un comprador interesado y que ya están vendidas. La entrega se hará al finalizar la exposición a cada comprador por parte de la organización.

El proceso de compra está regulado y está abierto a todo el público en general que quiera participar voluntariamente con una iniciativa solidaria que permite proporcionar compañía y cuidados sanitarios a una infancia desprotegida, una vez que son operados por sus patologías. Además, la ONG mantiene una acción más integral proporcionando alternativas sociales como por ejemplo la acogida temporal de esos niños en alguna familia de España hasta que puedan regresar a sus familiar.

Las obras expuestas enganchan por el afán solidario, pero también por la calidad de artistas que figuran en las descripciones de las diferentes pinturas. Nombres como los de Antón Barros, Ramiro Cimadevilla, Tareixa Taboada o Xosé Poldrás comparten ese fin solidario para invocar al gen más benévolo de la sociedad.

La ONG intenta recaudar fondos en una misión imposible, que es vender arte en medio de una pandemia. Por el momento, al menos diez obras se vendieron estos días y la exposición estará abierta hasta el próximo 30 de octubre. Quien quiera puede visitarla y anotar en una cartulina la obra que quiere adquirir y marcarla con un punto rojo. El arte de vender arte en tiempos de pandemia. Todo por un objetivo solidario.