Las normas han vuelto a cambiar en la seo de Ourense tras el último decreto sanitario. De nuevo se han suprimido el agua de las pilas, para evitar contagios, y los bancos además "solo pueden estar ocupados por un máximo de 2 personas, una en cada extremo, cuando antes eran seis", afirma el deán de la catedral.
La separación entre bancos es de 1,5 metros, e incluso a la hora de la eucaristía las cosas cambian.
El virus ha trastocado incluso ritos que ni 2.000 años de cristianismo habían cambiado y "para comulgar se entrega la forma en la mano", explica.