El alcalde mantuvo un inusual mutismo en las últimas semanas, solo roto por vídeos y frases en sus redes sociales, y justificó ayer en un escueto comunicado de prensa que su decisión de cesar de competencias a sus dos ediles, se debía en buena parte a la "baja productividad", en concreto de Miguel Caride, al frente de Infraestructuras. "No se puede permitir que el Concello se detenga", alegó Jácome, que asumirá, dijo, el área de Infraestructuras que llevaba Caride. No sabía la que se le venía encima. La posterior renuncia a sus competencias del resto de ediles de DO y de los del PP, hace que Jácome y su fiel Armando Ojea tengan que asumir, si el alcalde no decide irse y aceptar la salida que le brinda el PP, el trabajo de 14 concejales, con solo dos ediles. Algo sin precedentes en la historia municipal.

En su escrito de justificación de los ceses arguye que hubo "evidente pérdida de confianza, la indisciplina y la falta de disposición para buscarles una solución a los problemas recientes, y no acudir ni siquiera a las citas convocadas por la Alcaldía, la última ayer mismo en el caso de Miguel Caride". Además, "la baja productividad de la Concejalía de Infraestructuras cuyo máximo responsable es el concejal delegado".

En este sentido, el alcalde subraya que "no se puede tolerar que el Ayuntamiento se detenga", por eso asume la Concejalía de Infraestructuras "con el fin de reactivar una gestión actualmente paralizada", porque lejos de asumir errores, culpa a los ediles cesados y en concreto a Caride en la nota en la que anuncia los ceses, de que no se licitara obra pública ni se renovasen contratos caducados. Dos de los grandes fracasos del primer año de Jácome.