La crisis de Democracia Ourense, con una mayoría de críticos contra el alcalde Gonzalo Jácome, ya no es solo una tormenta política sino que tiene una derivada judicial. Los cinco ediles díscolos registraron un escrito en la Fiscalía de Ourense para que se investiguen las presuntas irregularidades de la gestión de los fondos públicos del partido, su uso y las donaciones de salario que realizan miembros y afines de la formación. El edil de Cultura, Mario González, anunció este viernes su dimisión, con el siguiente comunicado a través del gabinete de prensa del Concello: "O concelleiro de Cultura, Mario González Sánchez, comunicoulle esta mañá telefonicamente ao alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, a súa decisión de presentar a súa renuncia como concelleiro da Corporación, que fará efectiva o vindeiro luns, 31 de agosto". El siguiente de la lista que ocuparía su lugar sería Telmo Ucha, que ya fue edil en la anterior corporación.

Por si fuera poca metralla, por la tarde los ediles díscolos emitieron un comunicado, firmado por el portavoz del grupo, Miguel Caride, en el que exigen la dimisión del regidor. "Hay mucho trabajo realizado y mucho más por realizar. El proyecto sigue en pie y el único obstáculo para poder desarrollarlo tiene un nombre, Gonzalo Pérez Jácome, una persona que se ha revelado como incapaz para dirigirlo", reza el texto. No se ahorran adjetivos para la forma de actuar del líder de la candidatura por la que salieron elegidos: "Errática, personalista y egocéntrica".

Toda la oposición hizo manifestaciones a la prensa este viernes por la mañana, a las puertas del Concello. Gonzalo Pérez Jácome es alcalde de Ourense desde junio de 2019 gracias al pacto de gobernabilidad a dos bandas que lo aupó al poder -pese a que DO era la tercera fuerza política-, a cambio de que José Manuel Baltar mantuviera la presidencia de la Diputación, después de haber perdido la mayoría absoluta por primera vez. El PP se mantiene dispuesto a apoyar el bipartito, al menos según las palabras de su portavoz municipal, Flora Moure. "Tenemos un pacto de gobernabilidad actualmente vigente con el que trabajamos por el bien de la ciudad". Fue su respuesta breve, en un audio distribuido a los medios de comunicación, tras la oferta del líder del PSOE local, Rafael Rodríguez Villarino, que anunció su intención de dialogar con todos para buscar un cambio en la Alcaldía y que “Ourense arranque”, sin cerrar la puerta a un gobierno de concentración. Horas más tarde emitió un comunicado para matizar su respuesta a la prensa. “Somos la alternativa al PP, al que nunca ofrecí ni ofreceremos un pacto de gobierno”, dijo. Invita a la oposición a “concentrar fuerzas para sacar al concello del esperpento”.

El secretario provincial socialista y portavoz en Ourense identifica a Baltar como “responsable máximo e instigador” de esta crisis municipal. En ese comunicado de corrección, Villarino asegura que “el PP debería disculparse, pasar a la oposición y dejar gobernar a la lista más votada por la ciudadanía de Ourense. Diálogo con todos, sí, pero el PP debe situarse en la oposición, pues es el responsable de la situación actual”.

Si los ediles críticos hacia Gonzalo Jácome -un máximo de 5, porque Armando Ojea, concejal de Recursos Humanos y vicepresidente de la administración provincial, se mantiene fiel- continúan con el pulso hasta el extremo de romper la disciplina de voto, serían necesarios 19 apoyos en total -y no los 14 de la mayoría absoluta- para una investidura alternativa, tal y como establece la ley antitransfuguismo.

La cuestión del urbanismo

Pepe Araujo, el portavoz de Ciudadanos, quien a principos de semana alertó de posibles "ilegalidades" y expresaba en público las diferencias en el seno de DO que hasta el momento se mantenía sotto voce, considera que "Jácome seguirá con su teatro hasta la aprobación del PXOM", el plan general de urbanismo, sobre el que DO y el PP mantienen diferencias, como por ejemplo con las torres de Copasa.

Esta semana, el alcalde dijo en sus redes sociales: "A nadie se le escapa que detrás de ciertos movimiemtos se esconden los intereses económicos espurios que siempre han gobernado esta ciudad. Mi lucha se centra en evitar pelotazos urbanísticos, léase un PXOM a pulir, así como concesiones infladas. No a todos gusta", señaló el regidor.

El portavoz de Ciudadanos acusó a su anterior partido -fue teniente de alcalde y superconcejal del PP buena parte del anterior mandato- de "colocar a este personaje como alcalde". Los instó a dar un paso al frente y mostró la disposición de los naranjas a apoyar un gobierno local de concentración.El BNG dice que estudiaría la situación y afirma: "E que ninguén se leve a enganos, detrás destes movementos está Baltar e o PP, que o único que fixo foi anticipar unha situación que xa tiñan prevista para máis adiante, non era outra que soltar lastre en canto conseguisen os seus obxectivos primordiais, os cales están, como xa dixemos, intimamente ligados a situación urbanística do concello".

Jácome, "sorprendido" tras la denuncia: "Soy consciente de la legalidad de todos mis actos"

La respuesta por parte del alcalde no se ha hecho esperar. Pérez Jácome asegura que la denuncia registrada por parte de los cinco concejales ha sido una "sorpresa total" ya que, según sostiene en un comunicado, todos los ediles se reunieron para abordar la situación interna del grupo apenas una hora después. "¿Cómo se puede acudir a una reunión a oír las explicaciones pertinentes, pero acudir antes a denunciar?", reprocha.

A estos cinco concejales los acusa de no tener "ningún interés real en conocer ninguna explicación" por su parte, ya que dice, "habían tomado una decisión previa" al presentar el escrito ante el fiscal.

Sobre la denuncia en sí, el regidor insiste en mostrar su "absoluta tranquilidad" y defiende "la legalidad" de todos sus actos ante lo que considera "rumores que han circulado estos días y que tienen fundamento cero".

Al concejal de cultura le agradece la labor de estos meses e interpreta su renuncia como "una decisión absolutamente coherente y respetable". "Bajo mi criterio, cuando algún concejal no confía en su alcalde hasta el punto de instar a Fiscalía, lo normal es que ese concejal presente su dimisión y abandone el Concello", concluye.