En este verano históricamente seco se dispara el peligro de incendios forestales, con una especial incidencia en la provincia de Ourense, la más castigada en España por esta lacra. Moreiras, en el municipio de Toén, sufre desde ayer por la tarde la amenaza de las llamas. Por suerte, el fuego ha quedado estabilizado a las 20.20 horas de este sábado, pero han ardido más de 250 hectáreas, según el balance actualizado esta mañana. Había temor de que peligraran casas en esta zona periurbana en la que se diseminan numerosas viviendas unifamiliares. Con la temperatura en 38 grados, el fuego comenzó a las 17.40 horas y avanzó con celeridad devorando una zona de pinar, saltó varias pistas y se distinguían posible focos secundarios, según indicaron fuentes de la extinción. La magnitud de este fuego generó un pirocúmulo, un tipo de nube cumuliforme que se produce por la combustión y el vapor de agua que lanza un incendio de envergadura. El viento soplaba por momentos, con una racha máxima de 22 km/h, según Aemet. "Es un incendio importante y muy virulento", decía la BRIF de Laza mientras sobrevolaba en helicóptero el frente a su llegada, a las 19.20 horas.

Moreiras, en el municipio ourensano de Toén, amanece con 250 hectáreas arrasadas por el fuego

Moreiras, en el municipio ourensano de Toén, amanece con 250 hectáreas arrasadas por el fuego

En torno a las ocho de la tarde, la Xunta solicitó la colaboración de la Unidad Militar de Emergencias (UME), "como refuerzo para proteger los bienes", según fuentes de la Consellería de Medio Rural. La administración autonómica requirió el apoyo del Ejército sin necesidad de decretar el nivel de alerta 2, que es el que se activa cuando las llamas su ponen un peligro para vidas, vivienda u otras propiedades. Previamente fueron movilizados al lugar del incendio un técnico, 2 agentes, 9 brigadas, 5 motobombas, 1 pala, 9 aviones y 9 helicópteros.

Fuego recurrente en el Xurés

El Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés y el Parque Nacional de Peneda-Gerês se unen en los límites entre Portugal y Galicia formando un espacio transfronterizode 267.958 hectáreas de extensión. En el año 2009, este paraje de sierras escarpadas, bosques, embalses y más de 800 especies de flora -un centenar, endémicas- está considerado como Reserva de la Biosfera.

Pero ese grado de catalogación ambiental no protege al lugar de un castigo constante: el fuego que asola el territorio desde hace varias décadas. Tras las 3.000 hectáreas calcinadas en lo que va de verano en el distrito Verín-Viana, el sureste de la provincia de Ourense, el asedio incendiario se trasladó ayer al parque natural. En 15 horas se declararon cuatro incendios, uno en Lobeira y tres en la misma parroquia de Muíños, en Requiás. Esta mañana hay que sumar un quinto foco, en Lobios.

El fuego de Lobeira en el parque, declarado a las 2.05 de la madrugada -un indicio de intencionalidad- y estabilizado a las 12.05 del viernes, calcinó unas 20 hectáreas en Fraga. Dos que comenzaron a las 22.35 y 23.30 horas del jueves en Requiás quedaron extinguidos antes de las 2 de la madrugada de ayer tras quemar 1,07 hectáreas. El tercero de la serie en Requiás es el de mayor envergadura. Comenzó a las 13.20 del mediodía y, tras quedar estabilizado la mañana de este sábado, ha calcinado unas 50 hectáreas. Durante los trabajos de extinción resultó calcinado un camión motobomba del Concello de Calvos de Randín. Además se formó un torbellino de fuego en un momento que hizo pasar apuros a una brigada y al GES, según indicaron fuentes del operativo de emergencias.

Controlado el de 200 en Viana

A las siete y media de la tarde de ayer se dio por controlado el incendio forestal que comenzó el lunes en la parroquia de Pradorramisquedo, en Viana do Bolo, el municipio que mayor número de focos ha registrado en el distrito forestal de Verín-Viana, una zona del sureste de la provincia de Ourense en la que han ardido más de 3.000 hectáreas en lo que va de verano. El frente de Pradorramisquedo, cuya extinción ha resultado complicada porque afecta a una zona escarpada y de difícil acceso, ha calcinado una superficie de unas 200 hectáreas. En su control han colaborado, en sucesivos relevos, un total de 17 agentes, 54 brigadas, 11 motobombas, una pala, 9 aviones y 8 helicópteros.