Un dispositivo que sirve para detectar minas antipersonas enterradas así como cualquier clase de metales fue utilizado ayer por la Guardia Civil para peinar una finca anexa a la casa de Amendo (Taboadela) en la que, el 25 de abril de 2009, José Martínez -65 años- y Teresa Campos -63- fueron asesinados a tiros. Los agentes recurrieron a este método de detección en busca de alguna prueba, como por ejemplo un arma o un cargador soterrados. Un agente utilizaba el dispositivo sondeando cada palmo de terreno y otro retiraba ramas o maleza, dispuesto para cavar si era necesario. No apareció nada relevante. El aparato sonó en varias ocasiones pero solo se encontraron clavos y alguna arandela. Esta diligencia se practicó ayer a mediodía en presencia del hijo del matrimonio, José Miguel M. C., detenido por su presunta implicación en otros hechos: el tiroteo a un brigadista forestal en septiembre de 2008 en Xunqueira de Ambía, seis meses antes del doble asesinato, por el que hace años fue arrestado en dos ocasiones, encarcelado y puesto en libertad. La Guardia Civil quiso aprovechar este último arresto por el suceso previo para apurar las opciones y tratar de acreditar si José Miguel cometió el crimen. "Nosotros miramos todo", zanjó un investigador. La Policía Judicial reabrió el caso hace unas semanas y sigue considerando que él es el principal sospechoso. José Miguel M. C. mantiene su inocencia doce años después.

Antes de la inspección en la finca, la comisión judicial realizó un registro, también en presencia del detenido, en un galpón próximo a la vivienda. La casa en la que se cometió el doble crimen permanece deshabitada y en la contigua reside otra mujer, que también es la propietaria en la actualidad de la parcela donde se llevó a cabo la prueba con el detector. En ese alpendre, donde el suelo es de madera y los agentes, el secretario judicial, el investigado y la defensa entraron con cautela, tampoco apareció nada relevante relacionado con el caso del brigadista. Pero en esa propiedad a nombre de José Miguel sí se halló marihuana, algo deteriorada, en dos cajas de antiguos televisores. Una droga en planta en una cantidad de unos diez kilogramos que según José Miguel M. C. no le pertenece y es de otro. En cualquier caso, los agentes tramitaron un nuevo atestado por esta tenencia de estupefaciente por un presunto delito contra la salud pública, no por trapicheo, sino por encontrarse la droga en una propiedad cerrada de su titularidad.

Tras nuevas pesquisas durante las última semanas, aprovechando los avances en las tecnologías de la investigación en los últimos tiempos, los agentes detuvieron a José Miguel M. C., por el tiroteo, hace doce años, a un brigadista forestal, un sector en el que él también trabajaba. Fuentes cercanas al caso señalan que existe una nueva prueba de pólvora en un pasamontañas supuestamente empleado entonces, en la emboscada de 2008, que sería incriminatoria. También tiene interés para la causa del brigadista el delito que el detenido cometió pocos días antes del doble crimen. Fue el tercer caso del que se sospechó de José Miguel M. C. y el único por el ha sido condenado hasta el momento. Cumplió más de cuatro años de prisión por apuntar con un arma, maniatar y amordazar a un amigo y compañero, tras presentarse en su casa de Xinzo diciendo que se quería suicidar.

Los registros en la aldea de Amendo estaban previstos para las 9 de la mañana, pero se retrasaron un par de horas porque José Miguel M. C. fue atendido en un centro sanitario tras indicar que le dolía la cabeza. Agentes de Seguridad Ciudadana custodiaban la zona, dándose el relevo, desde que se produjo la detención del presunto autor de la emboscada al brigadista, a primera hora de este martes. Tanto los investigadores como el imputado estuvieron con mascarilla durante el tiempo que duró la diligencia. Son los tiempos que marca el Covid también en los sucesos.

Hoy pasa a disposición judicial

El caso por los cuatro tiros en la zona inguinal, pecho, abdomen y una pierna que recibió un operario forestal la madrugada del 23 de septiembre de 2008, cuando regresaba a su casa de Cerdeira (Xunqueira de Ambía) tras su jornada de trabajo, compete a Instrucción 2 de Ourense. El titular se encuentra de vacaciones y la magistrada Eva Armesto, de guardia en la ciudad hasta el próximo lunes, se hará cargo esta mañana del paso a disposición judicial del investigado. Las diligencias seguían secretas ayer.

La víctima había comentado en un bar un día antes de ser tiroteado, que cambiaría de turno la noche de la emboscada. Eran las 4 de la madrugada. Al bajarse de su vehículo para retirar unas ramas y troncos que obstaculizaban el paso, un individuo con la cara tapada que estaba aguardándolo en la cuneta, parapetado detrás de unos sacos, le disparó varias veces. En total recibió cuatro tiros. Consiguió pedir ayuda y sobrevivió pero resultó herido de gravedad, llegando a perder un riñón. Ahora espera que si José Miguel M. C. es el culpable de aquel suceso del año 2008 -por el que se barajó al principio un móvil de celos- responda ante la justicia.