El voraz incendio que ayer se declaró en Cualedro y luego se adentró en Monterrei lleva quemadas 1.000 hectáreas, ha afectado a alpendres y patios, se ha cobrado la vida de animales y ha estragado cultivos. Pero no solo. Un efecto secundario del descontrol de las llamas se ha podido observar hoy en la aldea de San Cristovo: las cubiertas de las casas presentan boquetes que parecen propios de un bombardeo. En concreto, de uno de agua.

Según imágenes que difunde en su cuenta de Twitter el usuario Emerxencias Ourense, las descargas de los medios aéreos, que se vieron obligados a actuar directamente sobre la zona urbanizada para evitar males mayores, han dejado secuelas en las edificaciones. "Estas son las consecuencias de la tardía movilización", explica el tuitero, un profesional de Emergencias que publica bajo anonimato.

Horas antes de sacar este vídeo había lanzado un largo hilo en el que criticaba la gestión del incendio por parte de los responsables del servicio de extinción. "Un cúmulo de despropósitos" es la expresión que utiliza para definir la toma de decisiones desde que, a los pocos minutos de activarse la alerta, se observó la virulencia de las llamas.

En su opinión, el error fue concentrar los medios aéreos y los bomberos forestales en el núcleo de San Millán, hacia donde avanzaba uno de los frentes. Siempre según su tesis, esa zona, donde el monte entra en contacto con el área urbanizada, debía ser protegida por los bomberos del parque de Verín y por los efectivos de Protección Civil, mientras los forestales debían atacar los frentes que iban en dirección al monte. Tal y como se ejecutó, en cambio, ese flanco quedó descubierto y permitió que las llamas "galopasen a sus anchas".