Tres casos truculentos cometidos en un espacio de seis meses, entre 2008 y 2009, apuntaron a José Miguel M. C. Fue detenido, encarcelado y liberado en dos ocasiones por el doble asesinato de sus padres, víctimas de disparos en su casa de Amendo (Taboadela), el 25 de abril de 2009. Él negó los hechos y llegó a manifestar que nunca empuñó un arma.

La Audiencia Provincial sobreseyó la causa por el doble crimen en septiembre de 2013, pese a que el fiscal había solicitado un juicio con jurado. La Guardia Civil reabrió el caso y llevaba varias semanas rastreando el entorno actual de José Miguel. La justicia sí lo condenó en firme a más de 4 años de cárcel por encañonar, maniatar y amordazar a un amigo y compañero, solo unos días antes de la muerte violenta del matrimonio.

La Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Ourense siempre ha tenido en el radar a José Miguel M. C. y ayer, tras nuevas pesquisas durante las última semanas aprovechando los avances en las tecnologías de la investigación, los agentes detuvieron a José Miguel M. C., de entrada, por el tercer hecho con el que se le relacionaba: el tiroteo a un brigadista forestal, un sector en el que él también trabajaba.

Ocurrió en septiembre de 2008, en Xunqueira de Ambía. Doce años después está en calabozos por esta tentativa de homicidio, que judicialmente se había archivado. Además, el instituto armado aprovechará este tercer arresto para seguir profundizando y para tratar de acreditar la presunta implicación del hijo en el doble asesinato de sus padres. Sigue siendo su principal sospechoso. El caso está bajos secreto.

La Guardia Civil apuntó al entorno del brigadista tiroteado y barajó un posible móvil por celos. Los tiros en la zona de los genitales hacían sospechar eso. Al parecer, la pareja de la víctima en esos momentos había tenido meses antes una relación sentimental con el ahora detenido.

Cuatro tiros tras una trampa

Fue un suceso premeditado. El trabajador forestal, que ejercía en Xinzo de Limia, regresaba a su casa de Cerdeira, en Xunqueira de Ambía, la madrugada del 23 de septiembre de 2008 y tuvo que parar porque unos troncos y ramas cerraban el paso. La víctima había comentado en un bar un día antes de ser tiroteado, que cambiaría de turno la noche de la emboscada. Eran las 4 de la madrugada. Al bajarse de su vehículo para retirar los obstáculos, un individuo con la cara tapada que estaba aguardándolo en la cuneta le disparó varias veces en la zona inguinal, pecho, abdomen y una pierna. En total recibió cuatro tiros. Consiguió pedir ayudar y sobrevivir, pero resultó herido de gravedad, llegando a perder un riñón.

Las investigaciones que la Guardia Civil hizo entonces no bastaron para que José Miguel M. C. fuera juzgado. Ahora, según fuentes cercanas al caso, los avances tecnológicos han permitido hallar un resultado "más positivo" al volver a estudiar algunos de los vestigios localizados en su momento. Con esa base han decidido detener al presunto autor de este intento homicida. Los investigadores creen que hay elementos para que sea encarcelado. Fue arrestado ayer por la mañana en la rúa do Vinteún, del barrio homónimo de Ourense.

Registro hoy en Taboadela

Ayer se regisró su domicilio y el detenido será conducido esta mañana a la localidad de Amendo (Taboadela), lugar del doble asesinato de los padres del investigado, donde ya se hizo una inspección en 2011. En la casa residen ahora otras personas. Se baraja la posibilidad de una recreación. La Guardia Civil está dispuesta a agotar el plazo legal si ayuda a arrancar una confesión sobre el crimen, que el hijo siempre ha negado pese a ser arrestado por él en dos ocasiones y llegar a estar en prisión provisional. La custodia policial tiene lugar en los calabozos de la Comandancia de Ourense, a la espera de que se decida su puesta a disposición judicial de la magistrada Eva Armesto, que está de guardia y además es la titular de Instrucción 3, el juzgado donde se llevaron las diligencias hasta su archivo por el doble crimen.

Es la tercera detención de José Miguel M. C., aunque las dos anteriores estaban relacionadas exclusivamente con el crimen de sus padres, José Martínez (65 años) y Teresa Campos (63). Fue arrestado en octubre de 2009 después de que una mujer que le había dado una coartada -dijo que habían estado con él en las horas estimadas de los hechos- se desdijera, aunque nunca lo incriminó. "Es un chivo expiatorio", llegó a manifestar. Esta mujer estuvo imputada como presunta encubridora en la causa contra el hijo, que la Audiencia Provincial archivó provisionalmente en octubre de 2013.

La Policía Judicial detuvo por segunda vez a José Miguel en 2011, aportando una pericial caligráfica que presuntamente lo relacionaba con la nota manuscrita que se halló en el pantalón del padre. Además, desde el principio esgrimían un informe de restos biológicos de disparo así como el móvil de mala relación con los padres. Un vecino vio un vehículo parecido al suyo en la zona. La Audiencia de Ourense archivó en 2013 al considerar que se trataban de "meras sospechas" y que las pruebas no eran suficientes. La Guardia Civil no olvida y, en un nuevo giro al caso más de una década después, el presunto autor del tiroteo al brigadista tras tenderle una trampa rendirá cuentas ante la justicia, al menos por este caso de 2008.