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La despedida de 132 ourensanos

La crisis del coronavirus manifestó el dolor de los familiares por no participar en funerales o por no dedicar unas últimas palabras a las personas que se llevó la enfermedad

La despedida de 132 ourensanos

El Covid-19 se llevó la vida de Roberto Outeiriño Hernanz, de 85 años, exvicepresidente primero de la Federación Española de Baloncesto entre 1987 y 1992, dedicado al área internacional. En el Mundial de 1986, en España, el ourensano ocupó el cargo de secretario general ejecutivo. Y en la Española de atletismo, fue pieza clave para que A Coruña acogiese en el año 2006 la Copa del mundo de marcha. Fue director de finanzas de la Federación internacional entre 1993 y 2004, bajo los mandatos del italiano Primo Nebiolo y del senegalés Lamine Diack. Embajador honorífico de la Federación de deporte universitario.

El especialista en hierro forjado que renunció a restaurar la verja y la cerrajería de la catedral de Santiago hace 40 años -debido a la gran cantidad de trabajo que tenía en Ourense, aunque con el paso del tiempo se arrepintió-, falleció hace dos semanas, a los 97 años de edad. Contaba con otras realizaciones, como la restauración de la cerrajería medieval de la colegiata de Meira (Lugo), las verjas del Palacio de Justicia de Bilbao y de la estación de ferrocarril de Zamora, además de las escalinatas, barandillas y puertas que hizo para la ciudad de Ourense.Lo jubilaron dos meses antes de morirse.

Se fue de la peor forma posible. Josef Eisele, de 53 años, se marchó en el trayecto que cubría la ambulancia que lo llevaba de Verín a Ourense. Lo definían como "un grandullón -medía 1,90- y su corazón era más grande". El amor hizo que Verín fuera su casa después de estabilizarse en Alemania donde tenía sus raíces. Adoraba Ourense y a él lo adoraban más. Su mujer Sonia era su centro del universo y luchó con ella y por ella por la reapertura del paritorio de la localidad verinense y por los demás servicios. "Era un sabio, que profundizaba en las conversaciones como nadie, y políglota".

Eduardo, de 92 años de edad, fue el segundo fallecido de la Residencia de Castro Caldelas. Tenía dos granjas de pollos en Soutelo, parroquia de San Paio, vinculadas desde el primer momento a la Cooperativa Coren, creada por Eulogio Gómez Franqueira. Era un gran conocedor de la historia del monasterio de San Paio, sobre el que tenía mucha documentación. En la residencia, era el alma mater de las reuniones, por su gran dinamismo. Participaba en jornadas intergeneracionales, bailaba, cantaba y escribía textos. En la Residencia de Castro Caldelas hubo cuatro muertes por coronavirus.

Serafín fue el primer fallecido de la Residencia de Castro Caldelas por coronavirus, el día 27 de marzo, a los 96 años. Conservó el carné de conducir hasta los 95 años, lo que le permitía mantener un huerto en Santa Tecla, por lo que "aparecía con flores, lechugas y todo tipo de verduras". Participaba en eventos sociales, como la Festa dos Fachós y el Día da Muller Traballadora, el 8 de marzo, a la que se sumó este año, poco tiempo antes de caer enfermo. Mostraba especial debilidad por tomar café con la alcaldesa: "Inesiña, miña reina, imos tomar un cafeciño?"

Consuelo Garrido, la madre del concejal de Ermua asesinado por ETA en julio de 1997, Miguel Ángel Blanco, falleció víctima del coronavirus 21 días después de la muerte en Vitoria de su marido, Miguel Blanco. Garrido se desplazó a Madrid, donde vive su hija, lugar en el que se produjo el contagio y el fatal desenlace. El sábado, 20 de junio, fueron trasladadas las cenizas de ambos al cementerio de Faramontaos (A Merca). Garrido había gestionado el traslado de los restos mortales de su hijo, tras cumplirse el décimo aniversario del asesinato, porque tenía el deseo de que la familia reposara junta, tras el fallecimiento, en A Merca.

Consuelo garrido - Madre de M.A. Blanco

El traslado de las cenizas a A Merca

Consuelo Garrido, la madre del concejal de Ermua asesinado por ETA en julio de 1997, Miguel Ángel Blanco, falleció víctima del coronavirus 21 días después de la muerte en Vitoria de su marido, Miguel Blanco. Garrido se desplazó a Madrid, donde vive su hija, lugar en el que se produjo el contagio y el fatal desenlace. El sábado, 20 de junio, fueron trasladadas las cenizas de ambos al cementerio de Faramontaos (A Merca). Garrido había gestionado el traslado de los restos mortales de su hijo, tras cumplirse el décimo aniversario del asesinato, porque tenía el deseo de que la familia reposara junta, tras el fallecimiento, en A Merca.

Roberto Outeiriño - Dirigente deportivo

Federaciones de basket y atletismo

El Covid-19 se llevó la vida de Roberto Outeiriño Hernanz, de 85 años, exvicepresidente primero de la Federación Española de Baloncesto entre 1987 y 1992, dedicado al área internacional. En el Mundial de 1986, en España, el ourensano ocupó el cargo de secretario general ejecutivo. Y en la Española de atletismo, fue pieza clave para que A Coruña acogiese en el año 2006 la Copa del mundo de marcha. Fue director de finanzas de la Federación internacional entre 1993 y 2004, bajo los mandatos del italiano Primo Nebiolo y del senegalés Lamine Diack. Embajador honorífico de la Federación de deporte universitario.

Luis Soto Rebollo - Artesano herrero

La verja de la catedral

El especialista en hierro forjado que renunció a restaurar la verja y la cerrajería de la catedral de Santiago hace 40 años -debido a la gran cantidad de trabajo que tenía en Ourense, aunque con el paso del tiempo se arrepintió-, falleció hace dos semanas, a los 97 años de edad. Contaba con otras realizaciones, como la restauración de la cerrajería medieval de la colegiata de Meira (Lugo), las verjas del Palacio de Justicia de Bilbao y de la estación de ferrocarril de Zamora, además de las escalinatas, barandillas y puertas que hizo para la ciudad de Ourense.Lo jubilaron dos meses antes de morirse.

Josef Eisele - Informático

Un alemán que defendió el "Verín non se pecha"

Se fue de la peor forma posible. Josef Eisele, de 53 años, se marchó en el trayecto que cubría la ambulancia que lo llevaba de Verín a Ourense. Lo definían como "un grandullón -medía 1,90- y su corazón era más grande". El amor hizo que Verín fuera su casa después de estabilizarse en Alemania donde tenía sus raíces. Adoraba Ourense y a él lo adoraban más. Su mujer Sonia era su centro del universo y luchó con ella y por ella por la reapertura del paritorio de la localidad verinense y por los demás servicios. "Era un sabio, que profundizaba en las conversaciones como nadie, y políglota".

Eduardo de Soutelo - Granjero

El monasterio de San Paio

Eduardo, de 92 años de edad, fue el segundo fallecido de la Residencia de Castro Caldelas. Tenía dos granjas de pollos en Soutelo, parroquia de San Paio, vinculadas desde el primer momento a la Cooperativa Coren, creada por Eulogio Gómez Franqueira. Era un gran conocedor de la historia del monasterio de San Paio, sobre el que tenía mucha documentación. En la residencia, era el alma mater de las reuniones, por su gran dinamismo. Participaba en jornadas intergeneracionales, bailaba, cantaba y escribía textos. En la Residencia de Castro Caldelas hubo cuatro muertes por coronavirus.

Serafín de Caldelas - Labrador

"Inesiña, miña reina, imos tomar un cafeciño"

Serafín fue el primer fallecido de la Residencia de Castro Caldelas por coronavirus, el día 27 de marzo, a los 96 años. Conservó el carné de conducir hasta los 95 años, lo que le permitía mantener un huerto en Santa Tecla, por lo que "aparecía con flores, lechugas y todo tipo de verduras". Participaba en eventos sociales, como la Festa dos Fachós y el Día da Muller Traballadora, el 8 de marzo, a la que se sumó este año, poco tiempo antes de caer enfermo. Mostraba especial debilidad por tomar café con la alcaldesa: "Inesiña, miña reina, imos tomar un cafeciño?"

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