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Muchas casas del rural, devaluadas en la crisis de 2008, tienen ahora su oportunidad tras el confinamiento

Pedro Seara Morales destaca el cambio de tendencia en la ciudad

Pedro Seara Morales, en su despacho de la rúa do Paseo. // C. Peteiro

El presidente de la Asociación de Propietarios de Fincas Urbanas de Ourense, Pedro Seara Morales, destaca que muchas de las casas del rural, un tanto devaluadas durante la crisis del ladrillo del año 2008, empiezan a encontrar ahora su salida, por el incremento de la demanda de viviendas en el entorno de la capital, tras el encierro que ha sufrido la población por la crisis de coronavirus.

Pedro Seara confirma que el mercado se encuentra más activo de lo esperado. "Se ha reiniciado con bastante buen ambiente", con la particularidad de que "la gente que estuvo encerrada en pisos, con niños, nos está demandando viviendas en el entorno, en las afueras e incluso viviendas que tenga una buena terraza o un buen patio".

El presidente de la Asociación de Propietarios de Fincas Urbanas reconoce que "hay muchas viviendas que tienen las ventanas en las partes traseras del edificio o dan a patios de luces. Y para las familias que han vivido el confinamiento en esas condiciones, sobre todo si tienen niños, ha sido un poco duro". El mercado demanda en este momento "pisos con terraza, con balcones, sobre todo en venta, pero también para alquileres".

El problema es que una parte importante de las casas del rural son de personas mayores, que "no se quieren meter en obras ni complicar la vida para acondicionarlas", con la finalidad de sacarlas al mercado. Y Pedro Seara también se queja de la lentitud con la que el Concello de Ourense tramita los permisos para poder rehabilitar pisos y dotarlos de ascensores, además de cubrir la demanda de garajes.

En materia de locales, la mayor parte de los propietarios "han mostrado su solidaridad" con las personas que los tienen alquilados, tras comprobar que permanecieron mucho tiempo con las puertas cerradas por el confinamiento. "Unos han condonado un mes dos, otros perdonan la mitad del importe y otros lo han aplazado", destaca Pedro Seara. Y apunta que esto contrasta con los "propietarios que tienen locales o pisos como forma de vida, no como un complemento", tras pasar por la emigración u otra actividad laboral. "En esos casos, hay menos cesiones", asevera.

La gente también está buscando viviendas de mayores dimensiones, ante la posibilidad de que se incremente el teletrabajo, tras la pandemia del coronavirus.

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