La pandemia irrumpió y alteró en cuestión de días los usos y costumbres de varias décadas. En la nueva realidad, las tradiciones que resisten lo hacen adaptándose a las medidas de seguridad. También las formaciones de música tradicional han tenido que renovar sus métodos. Lo sustancial, exponer el cancionero gallego de raíz y mantener la cultura viva, permanece, pero el coronavirus ha obligado a introducir en la vestimenta típica un elemento ajeno, aunque cada vez menos: la mascarilla. Los músicos de percusión la llevan siempre y los gaiteros solo se la retiran cuando van a tocar, para soplar.

Así actuaron el jueves 2 de julio, en A Ventela, Oseira (Cea), el cuarteto formado por Asun, Sander, Álex e Isidro Vidal, que es gaitero con estudios de conservatorio en los grados de Instrumentos de Música Tradicional y Popular de Galicia, de Etnomusicología y de Gaita Gallega. Más allá de tener que llevar la mascarilla para acudir a tocar a una alborada, una misa o una sesión vermú, él considera que "los grupos de gaitas no vamos a notar mucho la diferencia. Hacemos más misas que romerías, sobre todo entre semana, y normalmente son celebraciones pequeñas, por lo que no nos afecta tanto", explica. No obstante, sí que causa extrañeza la respuesta del público, en comparación a lo que era costumbre. "El otro día nos quedamos a tocar un par de piezas tras la misa y se hace raro ver que la gente no baila ni hace nada, todavía no se está notando. Ahora, la cosa está fría", considera.

El mayor impacto, enlaza Isidro, es para las bandas. El pasado fin de semana fue a tocar solo a Chaves, "porque no había más que para mi caché, y estamos hablando de que es pequeño. De momento solo voy a tener un concierto más y pequeñas colaboraciones; el verano está vacío", subraya. Alude a la escasa contratación de los concellos en Galicia, con más dificultades para artistas que se autogestionan, como él, sin depender de promotoras. "La sanidad es lo primero pero se está recortando bastante en cultura, que creo que es más importante que abrir todos los bares". Volviendo a los cuartetos tradicionales dice que "somos demasiados para una época de crisis", y hace una reflexión: "Están llamando también a asociaciones culturales y creo que en este momento deberían dar trabajo a los que vivimos de esto. Hacer una misa o una alborada es trabajo, estás cobrando. Ahora sí que me afecta que los músicos amateur vayan a tocar y cobren en negro".