La bandera LGTBI, este año en su formato antiracista incorporando el marrón y el negro, llevó los colores del Orgullo por el casco histórico hasta la Praza Maior en una protesta de formato reivindicativo que la Asamblea do Orgulho de Ourense encabeza desde hace años con el lema "O noso orgullo, a nosa revolta". El orgullo no es una fiesta ni una celebración, explican, "es protesta, una lucha de reivindicación de los derechos que todavía no conquistamos".

La marcha partió a las 12.00 horas desde la estatua de Blanco Amor de los jardines de Bispo Cesáreo y finalizó en la Praza Maior, donde una compañera trans leyó el manifiesto. "Defendemos el derecho de las mujeres transexuales que están siendo atacadas, el derecho a autodeterminar su identidad, los derechos de las mujeres y hombres a una vida libre, que se acaben las agresiones y las discriminaciones laborales", señalan desde la asamblea. "La comunidad sexodiversa tiene muchos derechos que conquistar por eso no nos gusta que se entiendan los colores como una fiesta, sino como una forma también de reivindicar la pluralidad y la diversidad", afirman.