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Fundaciones para ayuda de los agricultores

Obispo Merino y Lumbreras. Archivo Diocesano de Astorga.

Una situación con frecuencia dramática en el pasado, cuando la climatología era causa de malas cosechas, no era solo el hambre que amenazaba y afligía a la población sino también verse privados de simiente para poder sembrar y poder cosechar de nuevo. Las malas comunicaciones hacían imposible el comercio con territorios donde al mismo tiempo podría haber excedente.

De estas carencias por el tiempo adverso, a modo de ejemplo nos sirve la dramática nota que dejó escrita el párroco de Beade en 1769: "El año de 1769 frutos del de 1768 fue tan estéril y mísero en este reino de Galicia que llegó a valer el ferrado de maíz a 54 reales en Ribadavia y en algunos parajes se me dijo llegó a 60 reales pero en el Ribero se mantuvo lo más del año de 36,40, 44 reales y 50 tanto el ferrado de maíz como el de centeno y trigo, acudió nuestro rey don Carlos III con granos a los puertos de Vigo y Coruña conducidos desde varios reinos pero llegó casi al tiempo que se cogía lo nuevo por lo cual se padeció la mayor necesidad muriendo muchas gentes de ella y andando las gentes en procesiones por los caminos tan desfigurados con la hambre que más parecían cadáveres animados que personas vivientes; el ferrado de carolos o cimas de las espigas de maíz se vendía en muchos parajes a 3:04 reales de los que después demolidos hacían un género de masa para alimentarse; sin duda estas penalidades las ocasionan nuestras graves culpas pagando los pobres inocentes (por los otros los malos cristianos) tantos trabajos; Dios nos comunique sus luces para enmendar nuestra relajadas vidas y nos libre por su misericordia de semejantes desdichas lo que anotó por curiosidad (aunque te parezca impertinente) para lo sucesivo que llegará tiempo en que gusta de él oírlo para alabar a Dios. Beade y octubre de 1769" (AHDOURENSE 22-02-18).

Por eso fue relativamente frecuente que diversas instancias se preocuparán de este asunto creando pósitos que según define el DRAE: "Pósito. Del lat. pos?tus 'depósito, establecimiento'. 1. m. Institución de carácter municipal y de muy antiguo origen, dedicada a hacer acopio de cereales, principalmente de trigo, y prestarlos en condiciones módicas a los labradores y vecinos durante los meses de escasez. 2. m. Edificio destinado a guardar el grano del pósito." Definición no del todo precisa ya que no todos eran municipales como es el caso de los que se instituyen en la parroquia entonces de la diócesis de Astorga, y un curioso enclave en la diócesis de Ourense, del Burgo de Caldelas y el la de Queirugás, que eran eclesiásticos aunque con el tiempo y fue su decadencia, el primero pasó a depender del Ayuntamiento de Castro Caldelas.

El pósito de Caldelas

De esta institución benéfica se conserva abundante documentación, que permitiría hacer un precioso trabajo, en el Archivo Histórico Diocesano de Ourense con signaturas (11-06-12 y 10-05-10). Lo fundó el año 1772 el Obispo Don Juan Manuel Merino y Lumbreras con aprobación del Rey Carlos III por real cedula expedida en Aranjuez el 18 de mayo de 1773 aprobando los estatutos. Era inicialmente puramente eclesiástico con un capital de 30.000 reales que se destinaba a prestar medidas de centeno con interés módico de la misma especie a los pobres de las parroquias del Burgo, Camba y Castro Caldelas que eran las que desde la Edad Media constituían el enclave de la diócesis de Astorga en la de Ourense.

Los 30.000 reales del capital se distribuyeron de la manera siguiente: 12.000 reales se emplearon en comprar 200 ferrados de centeno para poner a disposición de los feligreses dichos, tanto para la siembra como para otros fines y necesidades del año, devolviéndolo al pósito, en el mes de agosto con un cuartillo de aumento y dos céntimos por cada ferrado en beneficio del Pósito; 8.000 reales se emplearon en el solar y hacer la casa y panera que aún se conserva, y los 10.000 restantes para ponerlos en censos al 3%. El fundador determinó que el administrador cobrase un sueldo anual de 30 ducados, 20 el secretario y dos el medidor. A fines del XIX se hizo cargo el Ayuntamiento de Castro Caldelas que lo descuidó bastante como se queja en una carta de 22 de junio de 1919 Guillermo González Herranz. Prestó grandes ayudas y la gente de aquellos pueblos lo recuerda con orgullo de ser parte de su historia.

La casa del pósito es una sencilla construcción de cantería a la que se accede por una escalinata de piedra porque para la conservación del grano debía estar el piso aislado de la tierra y dos huecos que servirían para airear y mejor preservar de humedad lo que allí se recogía. Una construcción de carácter rural que etnográficamente resulta interesante.

Monte de piedad

La parroquia de San Bartolomé de Queirugás en la zona de Verín, avanzado el siglo XVII conoció también la fundación de una institución destinada a prestar granos en años de necesidad. Con el nombre de Montes de Piedad la fundó por manda testamentaria Doña Antonia de Barros vecina de Verín. Pero como sucede con los testamentos se demoró su cumplimiento. En 1678 para hacerlo eficaz el Obispo Ros de Medrano hizo con el heredero Don Rodrigo Salgado vecino de A Rasela, anejo de Queirugás y el cura Don Juan Rodríguez de Gándara un concierto para cumplir el testamento de la fundadora en el que dejaba 100 fanegas de pan, el heredero se comprometía a poner 50 fanegas el año 1678 y las otras 50 el de 1679 para constituir el depósito que permitiría poner en práctica el deseo de Doña Antonia. Pero siguió la demora y en 1739 el Obispo Agustín de Eura instará a los herederos de Don Rodrigo Salgado entreguen el capital, ya reducido a la mitad, mandando al cura que abriera un libro y memoria de la distribución " para que conste de los sujetos que llevan el grano y que cantidad y de lo que se cobrare dará cuenta el abad a S.I. y todo lo cumpla bajo excomunión mayor". Todavía hubo demora en hacerlo efecto y en 1755 el párroco de entonces Don Mateo de Sevilla, declarará "que hasta el presente año no tuvo uso ni se ha podido hacer la correspondiente cobranza de los herederos".

Por fin puede consignar ese año los sujetos "que llevan granos de el Monte de piedad de San Bartolomé de Quiroganes." Es una lista de 35 con la cantidad que llevan, resumiendo "por modo que toda la deuda expresada del monte de piedad de la citada fundación de este lugar está cargo y son responsables los los sujetos supra escritos vecinos de y salen por Quenta 247 tegas y 18 cuartillos de pan centeno que según la medida del país hacen las rentas fanegas que da su principal tiene dicho monte de piedad de las que hice en conformidad de la visita arriba expresada y hecha en tiempo de mi antecesor y para que todo uno y otro conste lo firmo doctor Mateo de Sevilla". Y así en años sucesivos (AHDOURENSE 43-09-10). Interesante toda esta información que, aunque con tanto retraso se empezó a cumplir y debió funcionar hasta la desamortización, para alivio de aquellos vecinos que en momentos adversos tenían ese seguro de grano para comer y sembrar.

Queden estos dos casos, estoy cierto que habrá más, como testimonio de unas iniciativas de seguridad para los agricultores, que entonces eran casi todos los vecinos, de aquellos tres lugares de Caldelas y de Queirugás y A Rasela eficazmente aliviados de una grave preocupación como siempre es el hambre y la necesidad.

(*) Delegado de Patrimonio

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