Las cenizas de los padres de Miguel Ángel Blanco llegaron este jueves al pueblo de Faramontaos, en A Merca, para ser depositados hoy, a las 17.00 horas, en la tumba familiar junto a los restos de su hijo, asesinado por ETA en julio de 1997. Un acto que el cura párroco, Julio Grande, confía en que "sea lo más íntimo posible", y está seguro de que los vecinos acudirán ya que "es un pueblo pequeño pero muy familiar".

Miguel Blanco, padre del concejal de Ermua, falleció en marzo de este año en Victoria, así como su mujer, Consuelo Garrido, 21 días después tras contagiarse de coronavirus en Madrid adonde se fue a vivir con su hija. Ahora ambos pasarán a compartir la sepultura de su hijo como era la voluntad de la madre del edil. Este encuentro será hoy, y previamente habrá una misa en la iglesia de San Xés, en la que el cura espera que se cumpla con las normas exigidas para este tiempo de pandemia. El aforo de la iglesia es de unas 100 personas pero solo se podrá ocupar un 75%. Y el resto de asistentes que queden fuera podrán escuchar la misa por megafonía.

Grande asegura que no sabe cuántas personas llegarán desde Madrid o del País Vasco, pero cree que se tratará de un acto sencillo, familiar, aunque con la presencia de los vecinos del pueblo, y con algún que otro alcalde de la zona que se lo ha manifestado. Confía en que todos se sepan comportar y guardar las medidas de seguridad.

Señala que esta familia es muy querida en la parroquia. Fuera de la iglesia hay un monumento a Miguel Ángel Blanco, y todos los años se le ofrece una misa. Indica que la hija, María del Mar Blanco, junto con su familia, trajeron las cenizas de ambos progenitores, y habían pedido que la misa fuera en el exterior del templo, pero será en el interior aunque se podrá escuchar desde fuera.

Por su parte, el alcalde de A Merca, José Manuel Garrido, señala que él no acudirá "por precaución", pero no descarta que lo haga algún concejal por la amistad que le unía con el edil de Ermua. No obstante, apunta que el Concello enviará una corona. El regidor no descarta que más adelante se haga un acto en mejores condiciones, pero ahora en su condición de médico considera que "debemos seguir con mucha precaución. Ya sabemos lo que puede significar un acto multitudinario". De hecho, sostiene que por ello ni siquiera se le dio publicidad.