El fin del estado de alarma y la vuelta a la -relativa- normalidad permitieron volver a celebrar ayer, de forma presencial, la junta local de seguridad del Concello de Ourense. Debido al confinamiento, la delincuencia cayó en la ciudad un 22%, un 30% en violencia de género.

Tras amagar el año pasado con la retirada de la Policía Local del programa de protección de víctimas de violencia de género, en la reunión de ayer en la Subdelegación del Gobierno -con el teniente de alcalde, Jorge Pumar, como representante municipal- se acordó la renovación del apoyo del Concello a la materia. Ourense colabora desde el 2011 en el sistema operativo Viogén. Desde 2006 suma esfuerzos en la erradicación de la violencia machista. A través del sistema de control, la Policía Local tendrá información sobre los casos activos para velar por las víctimas. El cuerpo asumirá un máximo de 50. En la actualidad hay 151 en el municipio (uno de riesgo alto, 14 de peligro medio), todos con medidas judiciales de protección.

Además, Estado, Xunta y Concello colaborarán para resolver el problema de los okupas en la Plaza de Abastos, cuya reforma está en marcha.