El último paso elevado antes de que el tren entre desde Madrid en la estación de ferrocarril de Ourense salva la barrera natural que divide a la ciudad de As Burgas en dos mitades, vinculadas por puentes y pasarelas que fueron construidas a lo largo de dos milenios. El viaducto sobre el río Miño, una obra fundamental en el desarrollo del transporte ferroviario en Galicia, se adapta a la próxima llegada de la alta velocidad desde la Meseta. La infraestructura, ejecutada íntegramente en hormigón a partir del proyecto del ingeniero José Luis Tovar Bisval -también se encargó de la construcción de la estación Ourense-Empalme-, tiene una longitud de 415 metros y tres arcos parabólicos que le confieren un aspecto de ligereza pese a la envergadura. El viaducto, inaugurado en julio de 1957, permitió que la vía convencional procedente de Zamora entroncase con el tramo de Monforte y con la línea Vigo-A Coruña. Sesenta y tres años después de su puesta en marcha, ahora es objeto de una intervención para que el AVE también pueda avanzar sobre sus lomos, ofreciendo a los viajeros una panorámica privilegiada de la ciudad, el río Miño y los puentes que lo cruzan.

La adecuación de esta infraestructura, una obra en el tramo Taboadela-Ourense que forma parte de las actuaciones complementarias de la Línea de Alta Velocidad (LAV) Madrid-Galicia, implica una rehabilitación y refuerzo estructural del viaducto. Según Adif, los trabajos en marcha "consisten en la limpieza superficial del viaducto, la reconstrucción de zonas deterioradas detectadas en la inspección realizada, el pintado de toda la estructura y el refuerzo de los arcos centrales con fibra de carbono". Es una de las obras de más compleja ejecución para la integración del AVE en Ourense, "pero se ha solventado técnicamente"

Además, también se realizan nuevos paseos laterales en el tablero, mediante la retirada de la valla existente, la colocación de imposta prefabricada de hormigón y una nueva barandilla en el borde exterior del tablero hormigonado. Se colocará una canaleta para los cables por el interior del nuevo paseo y se repondrá la tubería de abastecimiento existente sobre el viaducto por el lateral izquierdo, "no siendo necesario realizar la reposición provisional prevista en el proyecto inicial", precisa Adif.

Autorización de Patrimonio

Los trabajos han sido informados y autorizados por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia, puesto que el viaducto es un bien incluido en el Catálogo del Patrimonio Cultural de Galicia, y tiene protección integral.

La adjudicataria de este proyecto es la UTE Taboadela (una unión empresarial temporal constituida, a partes iguales, por Civis Globa y Taboada y Ramos). Diecinueve operarios trabajan en turnos de mañana y noche. El plazo de ejecución previsto es de unos 16 meses. La tarea no es sencilla pero el personal cuenta con formación específica en trabajos en altura. "Se dedican habitualmente a la rehabilitación de puentes", indica la administración. "Los trabajadores están permanentemente atados a una cuerda de seguridad cuando están apoyados y a dos cuando están colgados. Dichas cuerdas están sujetas a anclajes situados en el tablero. También llevan casco, mascarillas cuando son necesarias, gafas de protección y los equipos de protección individual necesarios para la ejecución de los trabajos en condiciones de seguridad".

La plataforma está a 38 metros de altura sobre el río. Hay una red de protección instalada para evitar la contaminación del Miño. La malla cuelga a 9 metros del agua y a 29 del tablero del viaducto. Una infraestructura histórica, en fase de renovación.